LECTURAS DEL JUEVES XXXII DEL T. ORDINARIO 10 DE NOVIEMBRE SAN LEÓN MAGNO PAPA Y DOCTOR DE LA IGLESIA (BLANCO)
Así como el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del cielo, así será la venida del Hijo del hombre en su día.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Si 45, 30
El Señor hizo con él una alianza de paz, lo puso al frente de su pueblo y lo constituyó sacerdote para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Dios
nuestro, tú que nunca permites que las puertas del infierno prevalezcan
en contra de tu Iglesia, cimentada sólidamente en la roca de los
Apóstoles, concédele, por intercesión del Papa san León Magno,
permanecer firme a la verdad y gozar de una paz estable. Por nuestro
Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Recíbelo, pero ya no como esclavo, sino como hermano amadísimo.
De la carta del apóstol san Pablo a Filemón: 7-20
Querido
hermano: Recibí gran alegría y consuelo, con motivo de tu caridad con
los hermanos, porque gracias a ti se sienten reconfortados.
Por
eso, aunque como apóstol de Cristo tengo pleno derecho a ordenarte lo
que debes hacer, prefiero pedírtelo en nombre del amor. Yo, Pablo, ya
anciano y ahora, además, prisionero por la causa de Cristo Jesús, quiero
pedirte algo en favor de Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado para
Cristo aquí en la cárcel. El en otro tiempo te fue inútil, pero ahora es
muy útil para ti y para mí. Te lo envío. Recíbelo corno a mí mismo.
Yo
hubiera querido retenerlo conmigo, para que en tu lugar me atendiera,
mientras estoy preso por la causa del Evangelio. Pero no he querido
hacer nada sin tu consentimiento, para que el favor que me haces no sea
como por obligación, sino por tu propia voluntad.
Tal
vez él fue apartado de ti por un breve tiempo, a fin de que lo
recuperaras para siempre, pero ya no como esclavo, sino como algo mejor
que un esclavo, como hermano amadísimo. Él ya lo es para mí. ¡Cuánto más
habrá de serlo para ti, no sólo por su calidad de hombre, sino de
hermano en Cristo! Por lo tanto, si me consideras como compañero tuyo,
recíbelo como a mí mismo. Y si en algo te perjudicó o algo te debe,
ponlo a mi cuenta. Yo, Pablo, te lo pagaré, y esto lo firmo de mi puño y
letra. Y eso para no mencionar que tienes una deuda conmigo, que eres
tú mismo.
Sí, hermano, hazme este favor por nuestra unión con el Señor, para que confortes mi corazón en Cristo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 145
R/. El Señor ama al hombre justo.
El
Señor siempre es fiel a su palabra y es quien hace justicia al
oprimido; él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R/.
Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R/.
A
la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo.
Reina el Señor eternamente, reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos.
R/.
ACLAMACIÓN Jn 15, 5
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la vid y ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante. R/.
El Reino de Dios ya está entre ustedes.
Del santo Evangelio según san Lucas: 17, 20-25
En
aquel tiempo, los fariseos le preguntaron a Jesús: "¿Cuándo llegará el
Reino de Dios?". Jesús les respondió: "El Reino de Dios no llega
aparatosamente. No se podrá decir: ‘Está aquí’ o ‘Está allá’, porque el
Reino de Dios ya está entre ustedes".
Les
dijo entonces a sus discípulos: "Llegará un tiempo en que ustedes
desearán disfrutar siquiera un solo día de la presencia del Hijo del
hombre y no podrán.
Entonces
les dirán: ‘Está aquí’ o ‘Está allá’, pero no vayan corriendo a ver,
pues así como el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del
cielo, así será la venida del Hijo del hombre en su día. Pero antes
tiene que padecer mucho y ser rechazado por los hombres de esta
generación".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al
presentarte, Señor, estas ofrendas te pedimos que ilumines bondadoso a
tu Iglesia, para que tu rebaño se acreciente en todo el mundo y sus
pastores, guiados por ti, te agraden con sus obras. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr Mt 16, 16. 18
Dijo
Pedro a Jesús: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le
respondió: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te
pedimos, Señor, que gobiernes con bondad a tu Iglesia, alimentada con
este santo sacramento, para que conducida por tu mano poderosa, crezca
en libertad y persevere firme en la integridad de la fe. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
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Y es que hay que estar atentos, porque no siempre sabemos ver lo que sucede a nuestro alrededor. El Reino de Dios crece de forma callada, sin salir en la televisión o en las noticias de la radio. De forma inapreciable. Nos cuesta apreciarlo. Antes bien, parece que todo va mal. Se ve más lo malo que lo bueno. Nos cuesta quitarnos las gafas de ver todo negro, y ponernos las gafas color esperanza. Hay que entrenarse. Para ver defectos, todos tenemos el ojo bien entrenado. Para las virtudes, nos cuesta más.
Y al final, hay solo una vida para vivirla. Ni más, ni menos. Mientras vivimos, tenemos la oportunidad de “vivir con el hijo del Hombre”. Después será tarde. Y si “el Reino de Dios ya vive dentro de nosotros”, deberíamos intentar vivir como Jesús. Dando tiempo a lo importante, y no prestando atención a lo que no merece la pena.
Cada uno sabe lo que le mueve en la vida, a lo que dedica tiempo y energías, y aquello que no nos motiva. Tenemos 24 horas cada día. Ocho horas para dormir, ocho para trabajar, dos para comer, una hora para descansar, una para viajes… Al final de la lista de actividades, nos puede quedar poco tiempo para Dios.
Y si nos importa Él, si queremos que su obra vaya creciendo dentro de nosotros, tenemos que darle tiempo cada día. Prepararnos para saber dónde está Dios y dónde no. Dónde ir, en qué gastar nuestro tiempo y en qué no. Todo eso depende de la oración y de cómo nos preparemos cada día para ayudar
a que el Reino siga creciendo.