LECTURAS DEL MARTES XXIX DEL T. ORDINARIO 18 DE OCTUBRE SAN LUCAS EVANGELISTA (ROJO)
En aquel tiempo, Jesús designó a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante, de dos en dos.
ANTÍFONA DE ENTRADA Is 52, 7
Qué
hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que anuncia la paz,
al mensajero que trae la buena nueva, que pregona la salvación.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor
Dios, que elegiste a san Lucas para que revelara, mediante su
predicación y sus escritos, el misterio de tu predilección por los
pobres, concede, a quienes ya nos gloriamos de llevar tu nombre, tener
siempre un solo corazón y una sola alma, y que todos los pueblos lleguen
a descubrir tu salvación. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
El único que me acompaña es Lucas.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 4, 9-17
Querido
hermano: Haz lo posible por venir a verme cuanto antes, pues Dimas,
prefiriendo las cosas de este mundo, me ha abandonado y ha partido a
Tesalónica. Crescencio se fue a Galacia, y Tito, a Dalmacia. El único
que me acompaña es Lucas. Trae a Marcos contigo, porque me será muy útil
en mis tareas. A Tíquico lo envié a Éfeso.
Cuando
vengas, tráeme el abrigo que dejé en Tróade, en la casa de Carpo.
Tráeme también los libros y especialmente los pergaminos.
Alejandro,
el herrero, me ha hecho mucho daño. El Señor le dará su merecido.
Cuídate de él, pues se ha opuesto tenazmente a nuestra predicación. La
primera vez que me defendí ante el tribunal, nadie me ayudó. Todos me
abandonaron. Que no se les tome en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi
lado y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara claramente
el mensaje de salvación y lo oyeran todos los paganos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 144
R/. Señor, que todos tus fieles te bendigan.
Que
te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. R/.
Que
muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu
reino. Tu reino, Señor, es para siempre y tu imperio, por todas las
generaciones. R/.
Siempre
es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus
obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor,
de quien lo invoca. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. Jn 15, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca. R/.
La cosecha es mucha y los trabajadores pocos.
En
aquel tiempo, Jesús designó a otros setenta y dos discípulos y los
mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde
pensaba ir, y les dijo: "La cosecha es mucha y los trabajadores pocos.
Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus
campos. Pónganse en camino; yo los envío como corderos en medio de
lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias y no se detengan a
saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa digan: `Que la
paz reine en esta casa’. Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo
de paz de ustedes se cumplirá; si no, no se cumplirá. Quédense en esa
casa. Coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho
a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier ciudad donde
entren y los reciban, coman lo que les den. Curen a los enfermos que
haya y díganles: ‘Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios’ ".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por
estos dones del cielo, concédenos, Señor, servirte con libertad de
espíritu, para que la ofrenda que te presentamos en la festividad de san
Lucas nos sirva de remedio espiritual y nos alcance la gloria eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de los Apóstoles.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 10, 1. 9
El Señor envió a sus discípulos a anunciar por todos los pueblos y lugares: Ya está cerca de ustedes el Reino de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos,
Dios todopoderoso, que los dones recibidos de tu santo altar nos
santifiquen y nos fortalezcan en la fe del Evangelio, que san Lucas
predicó. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Después
de celebrar a Teresa de Jesús y a Ignacio de
Antioquia, hoy celebramos a
San Lucas. De su
persona sabemos muy pocas cosas, pero nos ha
quedado
una obra maravillosa en dos partes: el
tercer evangelio (dedicado al
tiempo de Jesús) y los
Hechos de los Apóstoles (dedicados al tiempo del
Espíritu, que es el tiempo de la iglesia). Leyendo
esta obra se pueden
adivinar algunas cosas de este
cristiano culto y perseverante. Hay dos
que me
llaman la atención: el "principio misericordia" y el
"principio
camino".
Es imposible que Lucas tuviera mal carácter. El Jesús que él nos
transmite es el rostro visible de un Dios misericordioso. Sólo Lucas nos
transmite, por ejemplo, las parábolas del buen samaritano y del hijo
pródigo. Sólo Lucas nos transmite algunos rasgos de María, la madre de
Jesús, que caen también dentro del "principio misericordia". Su manera
de entender y transmitir el evangelio de Jesús conecta bien con los
hombres y mujeres de nuestro tiempo, a menudo heridos en el camino que
"baja de Jerusalén a Jericó", o pródigos que han emigrado de la casa
paterna, o discípulos desalentados que huyen de Jerusalén y buscan
refugio en su Emaús de siempre.
El "principio camino" se advierte en su evangelio (que está concebido
como un camino que va de Galilea a Jerusalén) y en el libro de los
Hechos (que está también concebido como un camino que parte de Jerusalén
y expande el evangelio por Judea, Samaría y hasta los confines de la
tierra). Pero, más allá de este primer significado "geográfico", el
camino es una concepción de la vida cristiana, una manera de entender el
seguimiento de Jesús como proceso de configuración con él. También esto
conecta con nuestra sensibilidad moderna. Hoy, que somos tan
conscientes de nuestros límites, nos alegra saber que no podemos con
"todo" el evangelio en "todo" momento, pero que podemos ir dando pasos
cada día, que podemos colocarnos junto al grupo de hombres y de mujeres
que iban poniendo sus pies sobre las huellas dejadas por el Maestro.