LECTURAS DEL DOMINGO XXXI DEL T. ORDINARIO 30 DE OCTUBRE (VERDE)
"Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa".
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 37, 22-23
No me abandones, Señor, Dios mío, no te alejes de mí. Ven de prisa a socorrerme, Señor mío, mi salvador.
ORACIÓN COLECTA
Dios
omnipotente y misericordioso, a cuya gracia se debe el que tus fieles
puedan servirte digna y laudablemente, concédenos caminar sin tropiezos
hacia los bienes que nos tienes prometidos. Por nuestro Señor
Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Te compadeces de todos, porque tú amas todo cuanto existe.
Del libro de la Sabiduría: 11, 22-12, 2
Señor,
delante de ti, el mundo entero es como un grano de arena en la balanza,
como gota de rocío mañanero, que cae sobre la tierra.
Te
compadeces de todos, y aunque puedes destruirlo todo, aparentas no ver
los pecados de los hombres, para darles ocasión de arrepentirse. Porque
tú amas todo cuanto existe y no aborreces nada de lo que has hecho; pues
si hubieras aborrecido alguna cosa, no la habrías creado. ¿Y cómo
podrían seguir existiendo las cosas, si tú no lo quisieras? ¿Cómo habría
podido conservarse algo hasta ahora, si tú no lo hubieras llamado a la
existencia?
Tú perdonas a todos, porque todos son tuyos, Señor, que amas la vida, porque tu espíritu inmortal, está en todos los seres.
Por
eso a los que caen, los vas corrigiendo poco a poco, los reprendes y
les traes a la memoria sus pecados, para que se arrepientan de sus
maldades y crean en ti, Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 144
R/. Bendeciré al Señor eternamente.
Dios
y rey mío, yo te alabaré, bendeciré tu nombre siempre y para siempre.
Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte.
R/.
El
Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a
todas sus creaturas. R/.
Que
te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino y narren tus proezas a los hombres.
R/.
El
Señor es siempre fiel a sus palabras y lleno de bondad en sus acciones.
Da su apoyo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia. R/.
Nuestro Señor Jesucristo será glorificado en ustedes y ustedes en él.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 1, 11-2, 2
Hermanos:
Oramos siempre por ustedes, para que Dios los haga dignos de la
vocación a la que los ha llamado, y con su poder, lleve a efecto tanto
los buenos propósitos que ustedes han formado, como lo que ya han
emprendido por la fe. Así glorificarán a nuestro Señor Jesús y él los
glorificará a ustedes, en la medida en que actúe en ustedes la gracia de
nuestro Dios y de Jesucristo, el Señor.
Por
lo que toca a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestro
encuentro con él, les rogamos que no se dejen perturbar tan fácilmente.
No se alarmen ni por supuestas revelaciones, ni por palabras o cartas
atribuidas a nosotros, que los induzcan a pensar que el día del Señor es
inminente.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Jn 3, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él, tenga vida eterna. R/.
El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.
Del santo Evangelio según san Lucas: 19, 1-10
En
aquel tiempo, Jesús entró en Jericó, y al ir atravesando la ciudad,
sucedió que un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba
de conocer a Jesús; pero la gente se lo impedía, porque Zaqueo era de
baja estatura. Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo cuando
pasara por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo:
"Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa".
El
bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos
a murmurar diciendo: "Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador".
Zaqueo,
poniéndose de pie, dijo a Jesús: "Mira, Señor, voy a dar a los pobres
la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le restituiré
cuatro veces más".
Jesús
le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también él es
hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo
que se había perdido".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos a Dios nuestro Padre, por nosotros y por todos.
Después de cada petición diremos: Padre misericordioso, escúchanos.
Para que toda la Iglesia sepa responder a la llamada constante de Jesús a la conversión. Oremos.
Para
que los jóvenes que se preparan para el sacerdocio o la vida religiosa
vivan muy unidos a Jesús y den testimonio de él en nuestro mundo.
Oremos.
Para que en nuestro país crezca cada día más la generosidad, el espíritu de servicio, el deseo de hacer el bien. Oremos.
Para
que los que sufren depresiones y se sienten hundidos y sin esperanza,
encuentren la fuerza que necesitan para salir de su enfermedad. Oremos.
Para que todos los que participamos en esta Eucaristía nos amemos como hermanos. Oremos.
Escucha, Padre, nuestra oración, y acompáñanos siempre con tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor,
que este sacrificio sea para ti una ofrenda pura, y nos obtenga la
plenitud de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 15, 11
Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
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Hay expectación en Jericó, el gentío sale a la calle a ver a Jesús. Un hombre pequeño de estatura, jefe de publicanos y rico, quiere verlo, pero tiene que correr más adelante y subirse a un sicomoro (una higuera), porque tenía que pasar por allí. Tiene nombre, se llama Zaqueo, ha escuchado lo que se dice del Maestro y tiene curiosidad, quizás en su corazón anide una inquietud, una insatisfacción ante lo que vive, un deseo, una ilusión, vete tú a saber, lo que le hizo subirse a la higuera, lo que está claro es que se puso a tiro, se le vio.
“Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo: Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa. Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento”. Sabe su nombre, le dice que se de prisa en bajar y se invita a su casa. Muchas cosas en un momento, Zaqueo está descolocado, pero no se lo piensa, nos dice Lucas: “Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento”. Es un nuevo estilo de encontrarse con la gente, quiere alojarse, compartir casa, mesa, mantel con aquel personaje (“Iglesia en salida”, lo llaman ahora).
Pero, no es exactamente el más virtuoso, ni el más ejemplar de Jericó, probablemente sea uno de los más odiados, es el jefe de los recaudadores. Por eso: “Al ver esto, todos murmuraban diciendo: Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador”. Nos lo explicará al final del texto: “Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido”, por aquí debe ir la evangelización. No hay discursos, ni catequesis, ni dinámicas, ni doctrinas, se comparte la vida, el mismo techo y el encuentro con Jesús lo cambia.
La conversión se produce por contacto, por convivencia, el contenido del Evangelio se trasmite por la vida y este es el criterio clave para evangelizar, contagiar. “Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: Mira la mitad de mis bienes, se la doy a los pobres y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más”. El cambio se concreta en el bolsillo, en las arcas, no es sólo algo espiritual, pasa por el corazón, la mente y la cartera y este parece ser el indicador claro, de que la cosa va en serio. Nada menos que la mitad de sus bienes, le dio fuerte a Zaqueo, el conocer a Jesús parece exigir respuestas radicales.
Toda la ciudad debió enterarse, la resonancia llegó a todos, el más rico del pueblo repartía sus dineros con los pobres, ¿qué había pasado en aquella casa?, se lo había dicho Jesús: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa”. ¿Por dónde entrará en la nuestra?, ¿dejaremos estar a Jesús en nuestra vida cotidiana, o lo reservaremos para el templo, aunque el Concilio diga que la familia, la casa, es la primera Iglesia domestica? Él se invita y tendremos que cambiar sin duda algunas cosas, algunos hábitos consumistas u otros que afectan a nuestras cuentas corrientes, ahorros y tarjetas.
¿Quién busca a quién? Aparentemente Zaqueo es el que quiere ver a Jesús. Pero al final Jesús también busca a Zaqueo. No le pide nada más que hospitalidad, en otra ocasión, Jesús le había pedido a un joven rico que vendiera sus posesiones y se las diera a los pobres, aquel joven se marcho triste. Zaqueo por su propia voluntad, ofrece mucho más, trata de quitarse de encima lo que le estorbaba, limpia el camino de obstáculos y entra la salvación y la alegría en su casa.
El centro de la evangelización, es buscar y salvar a los que están perdidos, pero eso sólo se conseguirá si nosotros estamos convertidos, si quitamos esas piedras del camino, que nos impiden el encuentro con Cristo. En esta Eucaristía Jesús nos dice a cada uno de nosotros: “Hoy quiero hospedarme en tu casa”, quiero compartir tu techo, ¡ten cuidado, no te pongas muy a tiro!, no te pase como a Zaqueo. Podemos terminar orando con la primera lectura del libro de la Sabiduría: “Pero a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida. Por eso corriges poco a poco a los que caen; a los que pecan les recuerdas su pecado,para que se comviertan y crean en ti, señor .