Misal del dia de hoy Viernes 16 de Septiembre 2016 y Comentario al Evangelio

LECTURAS DEL VIERNES XXIV DEL T. ORDINARIO 16 DE SEPTIEMBRE SANTOS CORNELIO PAPA Y CIPRIANO OBISPO MÁRTIRES (ROJO)


Jesús comenzó a recorrer ciudades y poblados predicando la buena nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres…


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ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Apoc 7, 14; Dn 3, 95

Éstos son los que han pasado por la gran persecución, y han lavado su túnica con la sangre del Cordero. Entregaron sus cuerpos a los suplicios por Dios y obtuvieron una corona eterna.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que en los santos Cornelio y Cipriano diste a tu pueblo pastores llenos de celo y mártires victoriosos, concédenos, por su intercesión, ser fortalecidos en la fe y la constancia y trabajar esforzadamente por la unidad de la Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Si Cristo no resucitó, vana es la fe de ustedes.

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De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 15, 12-20

Hermanos: Si hemos predicado que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que algunos de ustedes andan diciendo que los muertos no resucitan? Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, nuestra predicación es vana, y la fe de ustedes es vana.

Seríamos, además, falsos testigos de Dios, puesto que hemos afirmado falsamente que Dios resucitó a Cristo: porque, si fuera cierto que los muertos no resucitan, Dios no habría resucitado a Cristo. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó.

Y si Cristo no resucitó, es vana la fe de ustedes; y por lo tanto, aún viven ustedes en pecado, y los que murieron en Cristo, perecieron. Si nuestra esperanza en Cristo se redujera tan sólo a las cosas de esta vida, seríamos los más infelices de todos los hombres. Pero no es así, porque Cristo resucitó, y resucitó como la primicia de todos los muertos.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 16

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R/. Atiéndeme, Dios mío, y escucha mi oración.

Señor, hazme justicia y a mi clamor atiende; presta oído a mi súplica, pues mis labios no mienten. R/.

A ti mi voz elevo, pues sé que me respondes. Atiéndeme,
Dios mío, y escucha mis palabras; muéstrame los prodigios de tu misericordia, pues a quien acude a ti, de sus contrarios salvas. R/.

Protégeme, Señor, como a las niñas de tus ojos, bajo la sombra de tus a las escóndeme, pues yo, por serte fiel, contemplaré tu rostro y al despertarme, espero saciarme de tu vista. R/.

ACLAMACIÓN  Cfr. Mt 11, 25

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R/. Aleluya, aleluya.

Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.


Los acompañaban algunas mujeres, que los ayudaban con sus propios bienes.

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Del santo Evangelio según san Lucas: 8, 1-3

En aquel tiempo, Jesús comenzó a recorrer ciudades y poblados predicando la buena nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que habían sido libradas de espíritus malignos y curadas de varias enfermedades. Entre ellas iban María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, el administrador de Herodes; Susana y otras muchas, que los ayudaban con sus propios bienes.

Palabra del Señor.

Gloria a ti Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los dones de tu pueblo, que te presentamos al conmemorar el sacrificio de tus santos mártires; y te pedimos que el misterio que dio valor en la persecución a los santos Cornelio y Cipriano, nos dé también a nosotros constancia en la adversidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 12, 4

Yo les digo a ustedes, amigos míos: No teman a aquellos que los matan.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por este sacramento que hemos recibido, te pedimos, Señor, que, a ejemplo de los santos mártires Cornelio y Cipriano, sostenidos con tu espíritu de fortaleza, podamos dar testimonio de la verdad del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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Queridos hermanos
El Evangelio de hoy nos presenta una escena cotidiana de la vida de Jesús: su ir de ciudad en ciudad, anunciando el Reino de Dios con sus palabras y sus obras. Y es una tarea que no hacía solo, sino acompañado. Le acompañaban los 12 y varias mujeres, a las que Jesús había hecho bien.
Toda nuestra vida es respuesta. Respuesta a algo dado. Los 12 fueron llamados, algunos de ellos sacados de su estilo de vida despreciable, como Mateo. Las mujeres habían recibido la salud de parte de Jesús... Y de esa llamada y de ese don recibido, surge la respuesta, en agradecimiento, de seguir al Maestro.
Eso es la fe: un regalo que quiere despertar lo mejor de nosotros, y ponernos en movimiento. La capacidad de confiar en el Padre, a través del Hijo y con la fuerza del Espíritu en nosotros, que nos llama a vivir desde Dios, para los demás. Escuchando constantemente al Señor y abriendo continuamente los ojos al mundo.
Lo contrario de la fe es el auto-endiosamiento. Creernos que lo que tenemos es debido a nuestros méritos, creernos el centro del universo. Afortunadamente, la vida suele ponernos en nuestro sitio.
Te invito a contemplar hoy por unos momentos esa escena de Jesús con los doce y las mujeres. Y sentirte tú también llamado a formar parte de ese grupo… que XXI siglos después, quiere seguir escuchando al Señor y actualizando su presencia en nuestro mundo. “De ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo”. Que así sea.