LECTURAS DEL MIÉRCOLES XXIII DEL T. ORDINARIO 7 DE SEPTIEMBRE (VERDE)
Dichosos ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Dichosos.
ANTÍFONA DE ENTRADA Lc 12, 42
Éste es el siervo prudente y fiel, a quien el Señor puso al frente de su familia.
ORACIÓN COLECTA
Dios
nuestro, que en tu inefable providencia te dignaste elegir a san José
como esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos que merezcamos
tener como intercesor en el cielo a quien veneramos como protector en la
tierra. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
¿Estás casado? No te separes de tu esposa. ¿Eres soltero? No te cases.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 7, 25-31
Queridos
hermanos: En cuanto a los jóvenes no casados, no he recibido ningún
mandamiento del Señor; pero les voy a dar un consejo, pues por la
misericordia del Señor, soy digno de confianza.
Yo
opino que, en vista de las dificultades de esta vida, lo que conviene
es que cada uno se quede como está. ¿Estás casado? No te separes de tu
esposa. ¿Eres soltero? No te cases; pero si te casas, no haces mal, y si
una joven se casa, tampoco hace mal. Sin embargo, los que se casan
sufren en esta vida muchas tribulaciones, que yo quisiera evitarles.
Hermanos,
les quiero decir una cosa: el tiempo apremia. Por lo tanto, conviene
que los casados vivan como si no lo estuvieran; los que sufren, como si
no sufrieran; los que están alegres, como si no se alegraran; los que
compran, como si no compraran; los que disfrutan del mundo, como si no
disfrutaran de él; porque este mundo que vemos es pasajero.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 44
R/. El rey está prendado de tu belleza.
Escucha,
hija, mira y pon atención: olvida tu pueblo y la casa paterna. El rey
está prendado de tu belleza; ríndele homenaje, porque él es tu señor.
R/.
Con
todos los honores entra la princesa, vestida de oro y de brocados, y es
conducida hasta el rey; un cortejo de doncellas la acompaña. R/.
Entre
alegría y regocijo van entrando en el palacio real. A cambio de tus
padres, tendrás hijos, que nombrarás príncipes por toda la tierra. R/.
ACLAMACIÓN Lc 6, 23
R/. Aleluya, aleluya.
Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo, dice el Señor. R/.
Dichosos los pobres. – ¡Ay de ustedes, los ricos!
Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 20-26
En
aquel tiempo, mirando Jesús a sus discípulos, les dijo: "Dichosos
ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Dichosos
ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dichosos
ustedes los que lloran ahora, porque al fin reirán.
Dichosos
serán ustedes cuando los hombres los aborrezcan y los expulsen de entre
ellos, y cuando los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre.
Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en
el cielo. Pues así trataron sus padres a los profetas.
Pero,
¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo! ¡Ay de
ustedes, los que se hartan ahora, porque después tendrán hambre! ¡Ay de
ustedes, los que ríen ahora, porque llorarán de pena! ¡Ay de ustedes,
cuando todo el mundo los alabe, porque de ese modo trataron sus padres a
los falsos profetas!"
Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al
prepararnos a ofrecerte, Padre santo, este sacrificio de alabanza, te
suplicamos que para cumplir la misión que nos has confiado nos ayude la
intercesión de san José, a quien concediste cuidar en la tierra,
haciendo las veces de padre de tu Unigénito, Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 21
Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados
con este sacramento que da vida, te rogamos, Señor, que nos concedas
vivir para ti en justicia y santidad, a ejemplo y por intercesión de san
José, el varón justo y obediente que contribuyó con sus servicios a la
realización de tus grandes misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Jesús viene a “dar la vuelta” a nuestro mundo. No es que quiera ponerlo “patas arriba”. Más bien es que, estando el mundo al revés, viene a ponerlo tal como Dios lo quiso.
También en el siglo I la gente consideraba mejor a los que más bienes tenían, como si por tener más se fuera mejor persona. Y también en el siglo I la gente buscaba que hablasen bien de ella, dando una apariencia que no siempre era verdadera.
Jesús “da la vuelta” a ese mundo poniendo a los últimos como primeros. Acogiendo al que tiene menos, al que pasa hambre, al que llora… y alentando al que es perseguido por su nombre. Solo así la vida puede ser para todos, sin que haya excluidos.
En el siglo XXI seguimos teniendo el mismo reto: mirar el mundo con los ojos de Dios, poniendo primero a los últimos, acogiendo al que lo pasa mal y abriéndole a la esperanza.
Señor Jesús, enséñame a comprender tus bienaventuranzas. Que no me deje llevar de los criterios de este mundo sino que sepa mirar, hablar y actuar como Tú, pidiendo cada día, de corazón, que venga a nosotros tu Reino.