Misal del dia de hoy Lunes 19 de Septiembre 2016 y Comentario al Evangelio

LECTURAS DEL LUNES XXV DEL T. ORDINARIO 19 DE SEPTIEMBRE SAN JOSÉ MARÍA DE YERMO Y PARRES (BLANCO)


Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público.


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ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 111, 9

Al pobre da con abundancia, obra siempre conforme a la justicia; su frente se alzará llena de gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios de misericordia y todopoderoso, que encendiste en el corazón de san José María de Yermo y Parres, presbítero y fundador, un amor ardiente a favor de los pobres y desamparados, concédenos que, a ejemplo suyo, descubramos en cada hermano el rostro de Cristo, tu Hijo, y nos pongamos a su servicio con sincera caridad. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

El Señor es amigo del hombre justo.

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Del libro de los Proverbios: 3, 27-34

Hijo mío, no le niegues un favor a quien lo necesita, si lo puedes hacer. Si le puedes dar ahora a tu prójimo lo que te pide, no le digas: "Vete y vuelve mañana". No pienses en hacerle daño a tu prójimo, que ha puesto su confianza en ti. Con nadie entables pleito sin motivo, si no te ha hecho ningún daño.

No envidies al hombre malvado ni imites nunca sus acciones, porque el Señor aborrece a los perversos y es amigo del hombre justo. El Señor maldice la casa del malvado y llena de bendiciones la del justo. El Señor se burla de aquellos que se burlan y con los humildes se muestra bondadoso. Los sensatos recibirán honores y los insensatos, ignominia.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 14

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R/. ¿Quién será grato a tus ojos, Señor?

El hombre que procede honradamente y obra con justicia; el que es sincero en todas sus palabras y con su lengua a nadie desprestigia. R/.

Quien no hace mal al prójimo ni difama al vecino; quien no ve con aprecio a los malvados, pero honra a quienes temen al Altísimo. R/.

Quien presta sin usura y quien no acepta sobornos en perjuicio de inocentes, ése será agradable a los ojos de Dios eternamente. R/.

ACLAMACIÓN  Mt 5, 16

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R/. Aleluya, aleluya.

Que brille la luz de ustedes ante los hombres, dice el Señor, para que viendo las obras buenas que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos. R/.

La vela se pone en el candelero, para que los que entren puedan ver.

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Del santo Evangelio según san Lucas: 8, 16-18

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "Nadie enciende una vela y la tapa con alguna vasija o la esconde debajo de la cama, sino que la pone en un candelero, para que los que entren puedan ver la luz. Porque nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público.

Fíjense, pues, si están entendiendo bien, porque al que tiene se le dará más; pero al que no tiene se le quitará aun aquello que cree tener".

Palabra del Señor.

Gloria a ti Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acoge, Señor, las ofrendas de tu pueblo, para que, al celebrar la obra de la caridad inmensa de tu Hijo, seamos confirmados en el amor a ti y al prójimo, a ejemplo de san José María. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 13, 35

En esto reconocerán todos que ustedes son mis discípulos: en que se aman los unos a los otros, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados por este santo sacramento, concédenos, Señor, seguir los ejemplos de san José María, que te honró con su incansable piedad y con su inmensa caridad hizo tanto bien a tu pueblo. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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El Evangelio de este día es breve pero jugoso. Tres sentencias. Tres frases. Cada una más interesante y digna de comentario. Pero como me piden un comentario breve, vamos a centrarnos en la segunda. 
      Lo primero que le tendríamos que decir a Jesús es que, a primer golpe de vista, no es verdad lo que dice. Desgraciadamente hay muchas cosas que quedan ocultas y que no se llegan a saber. ¿Cuántos crímenes quedan sin esclarecer y sin poner al culpable en manos de la justicia? Muchos sin duda. Y en todos los países. A veces por desidia de la policía y de los jueces. A veces, simplemente porque el criminal ha sido muy listo. 
      Pero no creo que Jesús esté pensando en ese tipo de verdades o hechos y mucho menos en ese tipo de ponerse a la luz. Diría que Jesús nos está hablando a cada uno de nosotros, a lo más íntimo de nuestra conciencia. Y ahí sí que no nos escapamos. La realidad de lo que hago, de lo que siento, está clara a mis ojos. Otra cosa es que, a veces, muchas veces, me cueste ponerle nombre y prefiera yo mismo cerrar los ojos y mirar a otro lado para no ver mis propias vergüenzas. La realidad es que eso que trato de ocultar termina saliendo de una u otra manera. Por mucho que lo intente esconder, me va a salir en malos humores, en temores, en infelicidad...
      Pongamos por caso que siento rabia frente a una persona. Sentí que me hizo un agravio. Quizá me vengué. Hice algo que sé que estaba mal hecho pero nadie se dio cuenta. Eso que hice se me quedó en la conciencia. Sé que no debía haberlo hecho pero lo hico. Y ahora llevo ese peso en mi corazón. Con el tiempo voy dejando esa herida tapada por muchas otras cosas que pasan en mi vida. Creo que ya está olvidado y superado. Pero la verdad es que está ahí. Brota de vez en cuando, duele, me transforma el carácter, me deja triste. 
      Esa herida sólo puede curarse cuando soy capaz de ponerla a la luz, de reconocer que hice lo que no debía, de reconciliarme conmigo mismo y de pedir perdón a aquel a quien hice daño. 
      Algo tan sencillo –y tan complicado de hacer– es lo que Jesús nos está diciendo. El reino de que nos habla Jesús nos invita a la reconciliación. Con nosotros mismos y con los demás. Perdonar y perdonarnos y ser perdonados. Todo es necesario. Aceptando humildemente nuestras limitaciones y nuestros errores. No negando lo que hemos hecho sino reconociéndolo y viviendo el perdón. El que nos da Dios con generosidad de Padre, el que nos tenemos que dar a nosotros mismos –a veces el más difícil–