Misal del dia de hoy Miercoles 5 de Julio 2016 y Comentario al Eagelio

LECTURAS DEL MARTES XIV DEL T. ORDINARIO 5 DE JULIO (VERDE)


Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor.


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ANTÍFONA DE ENTRADA Ef 6, 2-3

Honrarás a tu padre y a tu madre es un mandamiento muy importante, que lleva consigo esta promesa: Te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, ya que en tu designio tiene su sólido fundamento la familia, atiende misericordiosamente las súplicas de tus siervos y concédenos que, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia de tu Hijo Unigénito en el don de su amor y en sus virtudes domésticas, disfrutemos de la eterna recompensa, en la alegría de tu casa. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Siembran vientos y cosecharán tempestades.

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Del libro del profeta Oseas: 8, 4-7. 11-13

Esto dice el Señor: "Han nombrado reyes sin contar conmigo, han escogido príncipes sin saberlo yo. Con su oro y su plata se han hecho ídolos, para su perdición. Tu becerro, Samaria, es repulsivo y mi ira arde contra él. ¿Hasta cuándo serán incapaces de purificarse los hijos de Israel? Un artesano ha hecho ese becerro, que no es Dios, por eso quedará hecho trizas.

Siembran vientos y cosecharán tempestades; su trigo no dará espigas, no producirá harina su grano, y si la produce, los extranjeros se la comerán. Efraín ha construido multitud de altares, y sólo le han servido para pecar.

Aunque yo les escribiera todas mis leyes, las ignorarían como si fueran de un extraño. Aunque inmolen víctimas en mi honor y coman su carne, no me dan gusto, pues tengo presentes sus culpas y castigaré sus pecados. Por eso volverán a la esclavitud".

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 113

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R/. Nosotros confiamos en el Señor.

Nuestro Dios está en el cielo y él ha hecho todo lo que quiso. En cambio, los ídolos de los paganos son oro y plata, son dioses hechos por artesanos. R/.

Tienen boca, pero no hablan; tienen ojos, pero no ven; tienen orejas, pero no oyen; tienen nariz, pero no huelen. R/.

Tienen manos, pero no tocan; tienen pies, pero no andan. Que sean como ellos quienes los hacen y cuantos confían en ellos. R/.

Los hijos de Israel confían en el Señor: él es su auxilio y su escudo; los hijos de Aarón confían en el Señor: él es su auxilio y su escudo. R/.

ACLAMACIÓN  Jn 10, 14

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R/. Aleluya, aleluya.

Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. R/.

La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos.

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Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 32-38

En aquel tiempo, llevaron ante Jesús a un hombre mudo, que estaba poseído por el demonio. Jesús expulsó al demonio y el mudo habló. La multitud, maravillada, decía: "Nunca se había visto nada semejante en Israel". Pero los fariseos decían: "Expulsa a los demonios por autoridad del príncipe de los demonios".

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al ofrecerte, Señor, este sacrificio de reconciliación, te suplicamos humildemente que conserves a nuestras familias en tu gracia y en tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Is 49, 15

¿Puede acaso una madre olvidarse de su criatura? Aunque hubiera una que se olvidara, yo nunca me olvidaré de ti, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre clementísimo, haz que aquellos que alimentaste con el sacramento celestial, imiten sin cesar los ejemplos de la Sagrada Familia de tu Unigénito para que, después de las pruebas de esta vida, logren estar en su compañía por toda la eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.



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 “Echó al demonio y el mudo habló”. Me basta esa frase del Evangelio para pensar en que Jesús era un verdadero revolucionario. 
     Cuando pensamos en revolución, enseguida nos imaginamos a alguien con un fusil en las manos. Pero eso no es toda la revolución. Es más, lo del fusil es muy poca revolución. Las revoluciones que se han hecho con fusiles no han logrado cambiar de verdad la sociedad humana. En general, lo único que han conseguido ha sido hacer que el poder cambie de manos. Pero poco más. 
     Jesús es un revolucionario porque es capaz de dar voz a los que no la tienen. Eso es una revolución grandísima. No pretende decirle lo que tiene que decir. Simplemente le da la voz. Le da la potestad de hablar, de expresar lo que piensa, de ejercer su libertad. 
     Podemos dar un paso más. Jesús es la presencia viva de Dios entre nosotros. Su forma de actuar y de vivir, de hablar y de comportarse, es su forma de hablarnos de cómo es Dios. Al dar la voz al mudo, nos está hablando de que Dios quiere que ninguno de sus hijos e hijas quede excluido del concierto humano. Dios quiere que todos participen en la construcción del reino de Dios. Todos aportando su voz en el concierto de voces y de esfuerzos. El reino que Dios quiere no es una dictadura, en la que uno habla y los demás obedecen. No es una tiranía donde los que están arriba, una minoría, le niegan la voz a los de abajo, la mayoría. 
     El reino que Dios quiere es justicia y fraternidad y diálogo. En el reino de Dios no se excluye a nadie y todos tienen voz. Y, precisamente porque todos tienen voz, Dios concede en primer lugar voz a los que carecen de ella, a los mudos. Que ellos hablen es el gran signo que nos dice que todos podemos hablar, debemos hablar, debemos contribuir con nuestra opinión y nuestro compromiso a la construcción del reino. 
     Nosotros, los que creemos en Jesús, tenemos que estar del lado de los oprimidos. Para darles voz y presencia en el concierto de una sociedad que a veces, muchas veces, demasiadas veces, los olvida, los margina, los oprime. Como Jesús, nosotros estamos comprometidos en dar la voz a los que no la tienen. Esa es la revolución que hacemos los cristianos. Esa es la verdadera revolución que plantea y propone Jesús en el Evangelio. Porque todos somos hijos de Dios.