LECTURAS DEL DOMINGO XIV DEL T. ORDINARIO 3 DE JULIO (VERDE)
La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 47, 10-11
Meditamos,
Señor, los dones de tu amor, en medio de tu templo. Tu alabanza llega
hasta los confines de la tierra como tu fama. Tu diestra está llena de
justicia.
ORACIÓN COLECTA
Señor
Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo reconstruiste el mundo
derrumbado, concede a tus fieles una santa alegría, para que, a quienes
rescataste de la esclavitud del pecado, nos hagas disfrutar del gozo
que no tiene fin. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Yo haré correr la paz sobre ella como un río.
Del libro del profeta Isaías: 66, 10-14
Alégrense
con Jerusalén, gocen con ella todos los que la aman, alégrense de su
alegría todos los que por ella llevaron luto, para que se alimenten de
sus pechos, se llenen de sus consuelos y se deleiten con la abundancia
de su gloria.
Porque
dice el Señor: "Yo haré correr la paz sobre ella como un río y la
gloria de las naciones como un torrente desbordado. Como niños serán
llevados en el regazo y acariciados sobre sus rodillas; como un hijo a
quien su madre consuela, así los consolaré yo. En Jerusalén serán
ustedes consolados.
Al ver esto se alegrará su corazón y sus huesos florecerán como un prado. Y los siervos del Señor conocerán su poder".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 65
R/. Las obras del Señor son admirables.
Que
aclame al Señor toda la tierra; celebremos su gloria y su poder,
cantemos un himno de alabanza, digamos al Señor: "Tu obra es admirable".
R/.
Que
se postre ante ti la tierra entera y celebre con cánticos tu nombre.
Admiremos las obras del Señor, los prodigios que ha hecho por los
hombres. R/.
El
transformó el Mar Rojo en tierra firme y los hizo cruzar el Jordán a
pie enjuto. Llenémonos por eso de gozo y gratitud: El Señor es eterno y
poderoso. R/.
Cuantos
temen a Dios vengan y escuchen, y les diré lo que ha hecho por mí.
Bendito sea Dios que no rechazó mi súplica, ni me retiró su gracia. R/.
Llevo en mi cuerpo la marca de los sufrimientos que he pasado por Cristo.
De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 6, 14-18
Hermanos:
No permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro
Señor Jesucristo, por el cual el mundo está crucificado para mí y yo
para el mundo. Porque en Cristo Jesús de nada vale el estar circuncidado
o no, sino el ser una nueva creatura.
Para
todos los que vivan conforme a esta norma y también para el verdadero
Israel, la paz y la misericordia de Dios. De ahora en adelante, que
nadie me ponga más obstáculos, porque llevo en mi cuerpo la marca de los
sufrimientos que he pasado por Cristo. Hermanos, que la gracia de
nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes. Amén.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Col 3, 15. 16
R/. Aleluya, aleluya.
Que en sus corazones reine la paz de Cristo; que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. R/.
El deseo de paz de ustedes se cumplirá.
Del santo Evangelio según san Lucas: 10, 1-12. 17-20
En
aquel tiempo, Jesús designó a otros setenta y dos discípulos y los
mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde
pensaba ir, y les dijo: "La cosecha es mucha y los trabajadores pocos.
Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus
campos. Pónganse en camino; yo los envío como corderos en medio de
lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias y no se detengan a
saludar a nadie por el camino.
Cuando
entren en una casa digan: ‘Que la paz reine en esta casa’. Y si allí
hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes se cumplirá; si
no, no se cumplirá. Quédense en esa casa. Coman y beban de lo que
tengan, porque el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de
casa en casa. En cualquier ciudad donde entren y los reciban, coman lo
que les den. Curen a los enfermos que haya y díganles: ‘Ya se acerca a
ustedes el Reino de Dios’.
Pero
si entran en una ciudad y no los reciben, salgan por las calles y
digan: ‘Hasta el polvo de esta ciudad que se nos ha pegado a los pies
nos lo sacudimos, en señal de protesta contra ustedes. De todos modos,
sepan que el Reino de Dios está cerca’. Yo les digo que en el día del
juicio, Sodoma será tratada con menos rigor que esa ciudad". Los setenta
y dos discípulos regresaron llenos de alegría y le dijeron a Jesús:
"Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre". Él les
contestó: "Vi a Satanás caer del cielo como el rayo. A ustedes les he
dado poder para aplastar serpientes y escorpiones y para vencer toda la
fuerza del enemigo, y nada les podrá hacer daño. Pero no se alegren de
que los demonios se les someten. Alégrense más bien de que sus nombres
están escritos en el cielo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús. Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Presentemos al Padre nuestras plegarias. Después de cada petición diremos: Padre misericordioso, escúchanos.
Por la Iglesia. Que siempre dé un buen testimonio de la fe y la esperanza que nos mueven. Oremos.
Por los gobernantes de las naciones. Que respeten la vida y la libertad religiosa de sus gobernados. Oremos.
Por los misioneros y misioneras. Que la fortaleza y la gracia de Dios los acompañe en su anuncio del Evangelio. Oremos.
Por
los migrantes que dejan su tierra buscando una vida mejor. Que
encuentren un trabajo digno, y sean recibidos como toda persona merece.
Oremos.
Por nosotros y por nuestra parroquia (comunidad). Que nos amemos y nos ayudemos mutuamente, cada día más. Oremos.
Escucha, Padre, nuestra oración, y llénanos con tu bondad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
La
oblación que te ofrecemos, Señor, nos purifique, y nos haga participar,
de día en día, de la vida del reino glorioso. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 11, 28
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados, y yo los aliviaré, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
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Comentario al Evangelio de hoy
Queridos hermanos:
Jesús
no quiso realizar el sólo su propia misión, reunió a diversas personas
para ser sus mensajeros, hoy se nos habla de setenta y dos, aparte del
simbolismo del número, está claro que el ser evangelizadores no se
reduce a los doce: “La mies es abundante y los obreros pocos; rogad,
pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies”. Todos estamos
llamados a ser misioneros, pero con unas actitudes que en el evangelio
de hoy quedan bastante claras y vamos a enumerar.1-Lo primero es anunciar el Reino, esto no puede esperar más: “Curad a los enfermos que haya, y decid: Está cerca de vosotros el Reino de Dios”, “Aunque no os reciban decid: De todos modos, sabed que está cerca el Reino de Dios”. Esta es la gran tarea que hay que realizar y es urgente llevar la Buena Noticia hasta los confines de la tierra. En vez de lamentarnos de lo mal que están las cosas, de que no quieren oír, de la creciente indiferencia, tendremos que pedir la fuerza para realizar nuestra misión.
2-“De dos en dos”, quizás por aquello que también se dice en el Evangelio: “Donde dos o tres estéis reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de vosotros” (Mt 18,20). Además de dar protección, sentirse acompañados, son necesarios dos testigos que confirmen la autenticidad de la palabra que trasmiten. Los cristianos no somos francotiradores, lo que hace creíble la misión es también el sentido comunitario.
3-En pobreza: “No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias”. Haciendo ver a la gente su confianza absoluta en el Padre y dando credibilidad a su predicación, despreocupándose de aquello en lo que se afanan los hombres. Esto no impide que puedan:”Quedarse en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario”. Más curioso es leer en el texto: “No os detengáis a saludar a nadie por el camino”, cuando el saludo es algo tan ritual entre los judíos: “Cuando entréis en una casa, decid primero: Paz a esta casa”. Parece contradictorio, pero lo de no saludar debe ser por la urgencia, para no parar y tiene algo de provocación.
4-En un ambiente difícil: “Mirad que os mando como corderos en medio de lobos”, Jesús es consciente de que muchos no darán veracidad a sus palabras y que la misión siempre es peligrosa, encontrará persecución y oposición. “Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo” y es que la Palabra de Dios juzga, discierne, pone o no del lado del Reino.
5-Que nos debe llevar a la humildad, no a buscar el éxito. El regreso de los setenta y dos, contentos del éxito, da pie a Jesús para advertirnos de los peligros del poder y del engreimiento. Hay que tener la humildad necesaria para saber que el poder que da la autoridad: “hasta los demonios se nos someten en tu nombre”, no es nuestro, ni podemos utilizarlo en provecho propio, nada de prepotencia. El Evangelio y la misión de anunciar el Reino lo hemos recibido gratis, para comunicarlo gratis, no como una ventaja o un privilegio, como dice San Pablo a los Gálatas en la segunda lectura de hoy: “Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el Mundo”.
Pero aún hoy, el Evangelio y el Reino, que es la salvación para todo el mundo, no ha llegado a todos, incluso muchos que lo deberían conocer, no lo sienten como respuesta a sus vidas, nosotros los cristianos, tampoco en ocasiones, lo llevamos a la práctica enteramente. Ahí radica nuestra tarea, las prisas, no somos héroes ni superdotados, sino pobre gente, pero no nos podemos negar al gozo de anunciar, lo que nos hace felices y puede hacer feliz a la humanidad entera. La recompensa no será el éxito, acaso él: “Estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo”.