Misal del dia de hoy Miercoles 15 de Junio 2016 y Comentario al Evangelio

LECTURAS DEL MIÉRCOLES XI DEL T. ORDINARIO 15 DE JUNIO (VERDE)


Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres, para que los vean.


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ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 36, 18-19

Concede, Señor, la paz a quienes en ti esperan; escucha las oraciones de tus hijos y guíanos por el camino de la justicia.

ORACIÓN COLECTA

Dios no sólo de la paz, sino la paz misma, a quien los sembradores de la discordia no pueden comprender, ni aceptar quien ama la violencia, concede a los que trabajan por la paz perseverar en su propósito de hacer el bien, y a los que la obstaculizan, olvidarse
del odio, para que su corazón sane. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Apareció un carro de fuego y Elías subió al cielo.

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Del segundo libro de los Reyes: 2, 1. 6-14

Esto fue lo que sucedió cuando el Señor iba a arrebatar a Elías en un remolino hacia el cielo. Ese día Elías y Eliseo habían salido de Guilgal. Al llegar a Jericó, Elías le dijo a Eliseo: "Quédate aquí, porque el Señor me envía al Jordán". Respondió Eliseo: "Por Dios y por tu vida que no te dejaré ir solo". Y se fueron los dos juntos. Los acompañaban cincuenta hombres de la comunidad de los profetas, los cuales, al llegar Elías y Eliseo a la orilla del Jordán, se detuvieron a cierta distancia de ellos. Elías tomó su manto, lo enrolló y con él golpeó las aguas; éstas se separaron a un lado y a otro, y ambos pasaron el río sin mojarse.

Después de cruzar, Elías le dijo a Eliseo: "Pídeme lo que quieras que haga por ti, antes de que sea arrebatado de tu lado". Respondió Eliseo: "Que sea el heredero principal de tu espíritu". Le dijo Elías: "Es difícil lo que pides; pero si alcanzas a verme, cuando sea arrebatado de tu lado, lo obtendrás; si no, no lo obtendrás". Siguieron caminando y conversando, cuando un carro de fuego, con caballos de fuego, se interpuso entre ellos, y Elías subió al cielo en un remolino. Eliseo lo veía alejarse y le gritaba: "¡Padre mío, padre mío, carro y auriga de Israel!" Y ya no lo volvió a ver. Entonces se rasgó las vestiduras, recogió el manto que se le había caído a Elías, regresó y se detuvo en la orilla del Jordán. Tomó el manto de Elías y golpeó con él las aguas, y no se separaron. Entonces dijo: "¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?" Volvió a golpear las aguas y entonces se separaron a un lado y a otro, y pasó Eliseo.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 30

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R/. Amemos al Señor todos sus fieles.

¡Qué grande es la bondad que has reservado, Señor, para tus fieles! Con quien se acoge a ti, Señor, ¡qué bueno eres! R/.

Tu presencia lo ampara de todas las intrigas de los hombres, y lo pone a resguardo de las burlas y las murmuraciones. R/.

Que amen al Señor todos sus fieles, pues protege a los leales y a los soberbios da lo que merecen. R/.

ACLAMACIÓN  Jn 14, 23

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R/. Aleluya, aleluya.

El que me ama, cumplirá mi palabra, dice el Señor; y mi Padre lo amará y vendremos a él. R/.

Tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

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Del santo Evangelio según san Mateo: 6, 1-6. 16-18

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres, para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.

Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. En cambio, cuando tú des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que el sacrificio de salvación de tu Hijo, Rey de la paz, ofrecido bajo estos signos sacramentales con los que se simbolizan la paz y la unidad, sirva para estrechar la concordia entre todos tus hijos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 14, 27

La paz les dejo, mi paz les doy, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Señor, en abundancia, el espíritu de caridad, para que, alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Unigénito, fomentemos con eficacia entre todos la paz que él mismo nos dejó. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.



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Comentario al Evangelio de hoy

Fernando Torres cmf
 
      El “qué dirán” es uno de los grandes motores de las relaciones humanas. Hay que reconocerlo. Todos pertenecemos a un grupo social, a varios: la familia, los vecinos, la comunidad, la nación. Y todos queremos estar a bien con ellos. Para eso es muy importante el asumir lo que es normal en el grupo, hacer lo que hacen todos, pensar lo que piensan todos. De esa manera, nos sentimos integrados y protegidos. 
      De ahí a entrar en una especie de concurso en que medimos nuestra propia valoración y bienestar por lo que dicen y piensan los demás de nosotros no va más que un paso. Dejamos de ser nosotros mismos, de pensar por nosotros mismos. Renunciamos a ser lo que somos para llevar todo el día la máscara que nos hace aparecer y ser y comportarnos y hablar y pensar como los demás esperan que aparezcamos, seamos, nos comportemos y hablemos.  Eso supone vivir en una real falsedad. Ya no somos nosotros mismos. Vivimos en paz, acogidos, pero a costa de vivir en la mentira. 
      Jesús nos invita a vivir de otra manera. Jesús nos llama a crecer como personas, a ser maduros, adultos, libres, responsables de nuestros propios actos. Si hacemos algo, no es porque los demás esperan que lo hagamos sino porque creemos que debemos hacerlo. 
      Si rezamos, si damos limosna, su ayunamos, que no sea porque nos vean. Lo que buscamos no es la fama, que nos aplaudan, que digan lo buenos que somos. Lo que buscamos es ser fieles a nosotros mismos. Lo que hacemos lo hacemos porque creemos que debemos hacerlo. Ahí en el santuario de nuestra propia conciencia es donde debemos tomar nuestras decisiones. Más allá de lo que piensen o no los demás. Y actuar en consecuencia. Aunque eso suponga salirse del grupo o hacer lo que nadie espera que hagamos. 
      Si Jesús se hubiese preocupado de lo que podían decir los demás –sus familiares, los de su pueblo, etc.– no habría hecho nada de lo que hizo. Pero él quiso ser fiel a su misión. Quiso comunicar a los demás su propia experiencia de un Dios de Amor y de Libertad, de un Padre que amaba a sus hijos e hijas hasta dar la vida por ellos. Así vivió y así murió. Si queremos seguirle, menos pensar en el “qué dirán” y más hacer lo que tenemos que hacer y ser fieles a nosotros mismos.