Misal de hoy Lunes 30 de Mayo 2016 y Comentario al Evangelio

LECTURAS DEL LUNES IX DEL T. ORDINARIO 30 DE MAYO (VERDE)


Éste es el heredero; vamos a matarlo y la herencia será nuestra.


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ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 89, 17

Que tu bondad, Señor, se derrame sobre nosotros, y guía las obras de nuestras manos.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que por medio del trabajo humano quisiste someter las fuerzas de la naturaleza , concede benigno que, dedicados con el espíritu cristiano a nuestras labores, cultivemos una caridad fraterna eficaz, y merezcamos colaborar al perfeccionamiento de la creación. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Dios nos ha concedido los maravillosos bienes prometidos, que nos hacen partícipes de la naturaleza divina.

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De la segunda carta del apóstol san Pedro: 1, 1-7

Yo, Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, les escribo a ustedes, los que han obtenido una fe tan preciosa como la nuestra, gracias a la justicia de Jesucristo, nuestro Dios y Salvador. Que abunden entre ustedes la gracia y la paz, por el conocimiento de Jesucristo, nuestro Señor.

Su acción divina nos ha otorgado todo lo necesario para llevar una vida de santidad, mediante el conocimiento profundo del que nos ha llamado con su propia gloria y poder. Por medio de las cuales nos han sido otorgados también los grandes y maravillosos bienes prometidos, para que por ellos puedan ustedes escapar de la corrupción que las pasiones desordenadas provocan en el mundo, y lleguen a participar de la naturaleza divina. Por eso, esfuércense en añadir a su buena fe, conducta; a la buena conducta, la inteligencia; a la inteligencia, el dominio propio; al dominio propio, la perseverancia; a la perseverancia, la piedad; a la piedad, el amor fraterno, y al amor fraterno, la caridad.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 90

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R/. Tú eres mi Dios y en ti confío.

Tú, que vives al amparo del Altísimo y descansas a la sombra del Todopoderoso, dile al Señor: "Tú eres mi refugio y fortaleza; tú eres mi Dios y en ti confío". R/.

"Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, yo te libraré y te pondré a salvo. Cuando tú me invoques, yo te escucharé yen tus angustias estaré contigo". R/.

"A quien se acoge a mí, dice el Señor, yo lo defenderé y colmaré de honores; lo haré disfrutar de larga vida y haré que pueda ver mi salvación". R/.

ACLAMACIÓN  Cfr. Ap 1, 5

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R/. Aleluya, aleluya.

Señor Jesús, testigo fiel, primogénito de entre los muertos, tu amor por nosotros es tan grande, que has lavado nuestras culpas con tu sangre. R/.

Se apoderaron del hijo, lo mataron y arrojaron su cuerpo fuera de la viña.

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Del santo Evangelio según san Marcos: 12, 1-12

En aquel tiempo, Jesús comenzó a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos y les dijo: "Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó una torre para el vigilante, se la alquiló a unos viñadores y se fue de viaje al extranjero.

A su tiempo, les envió a los viñadores un criado para recoger su parte del fruto de la viña. Ellos se apoderaron de él, lo golpearon y lo devolvieron sin nada. Les envió otro criado, pero ellos lo descalabraron y lo insultaron. Volvió a enviarles otro y lo mataron. Les envió otros muchos y los golpearon o los mataron.

Ya sólo le quedaba por enviar a uno, su hijo querido, y finalmente también se lo envió, pensando: ‘A mi hijo sí lo respetarán’. Pero al verlo llegar, aquellos viñadores se dijeron: ‘Éste es el heredero; vamos a matarlo y la herencia será nuestra’. Se apoderaron de él, lo mataron y arrojaron su cuerpo fuera de la viña. ¿Qué hará entonces el dueño de la viña? Vendrá y acabará con esos viñadores y dará la viña a otros. ¿Acaso no han leído en las Escrituras: La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente?"

Entonces los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, quisieron apoderarse de Jesús, porque se dieron cuenta de que por ellos había dicho aquella parábola, pero le tuvieron miedo a la multitud, dejaron a Jesús y se fueron de ahí.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los dones de tu Iglesia suplicante y concede que, por medio del trabajo humano que ahora te ofrecemos, merezcamos quedar asociados a la obra redentora de Cristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 3, 17

Todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Tú que nos has alimentado con el pan eterno, concédenos también, Señor, lo necesario para la vida temporal. Por Jesucristo, nuestro Señor.



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Comentario al Evangelio de hoy

Queridos hermanos:
La Iglesia primitiva se encontró de sopetón con la ardua tarea de administrar la herencia doctrinal y vivencial de Jesús en un contexto nuevo, diferente al del Maestro. Quiso conservar el mayor número posible de recuerdos, y no mantenerlos como piezas de museo, sino haciéndolos vida propia. Y, en este punto, una dificultad muy especial debió de surgirle al intentar aplicarse a sí misma –el grupo de amigos de Jesús– cosas que él había dicho a los adversarios. Es el caso de la parábola que acabamos de oír, y que en ese sentido también implica dificultad para nosotros, el nuevo grupo de adeptos a Jesús.
Al narrar esta parábola demuestra Jesús su excelente dotación pedagógica. La situación que describe era exactamente la de su tiempo y espacio, bien inteligible a sus oyentes: gran parte del terreno de Palestina está en propiedad de romanos; los judíos son arrendatarios, siempre propensos a la rebelión, muy seguros de que el dueño –que vive muy lejos– no se molestará en ir en persona a cobrar los frutos del arriendo. Es el trasfondo sociológico.           
Pero Israel contaba además con un buen trasfondo religioso-moral. Por medio de Isaías, Yahvé se había presentado como el dueño de una viña ingrata y estéril; la había cultivado con primor, pero ella, en vez de uvas, sólo había producido agrazones. Y Él se lamentaba: “¿qué más se puede hacer por mi viña que yo no haya hecho?” (Is 5,4).  Y todavía especifica: esa viña es “la casa de Israel”, y, vista su ingratitud, la va a convertir en un erial.
Al igual que el profeta Isaías, Jesús amenazó a Israel con un rechazo definitivo por su infidelidad e “improductividad religiosa”. Y el evangelista intenta despertar a su Iglesia de sus posibles letargos. ¿Qué uso hace de los dones recibidos? ¿Cuál es su producto? Debe tener en cuenta que el que se presenta ahora a percibir los frutos no es un criado (un profeta del AT…), sino que es Jesús mismo, el “Hijo querido”, que vive en medio de ella.
Don y respuesta. Es el binomio que recorre todas las páginas de la Escritura; es el resumen de la vida cristiana. La segunda carta de Pedro, probablemente composición pseudónima y la más tardía de todo el Nuevo Testamento, recoge en otros términos el mismo mensaje: tenemos “gracia y paz por el conocimiento de Dios y de Jesús”; el poder de Dios nos ha concedido “todo lo que conduce a la vida y a la piedad”, “inapreciables y extraordinarios bienes”. En consecuencia, de nosotros se espera mucho: honradez, autodominio, constancia, amor fraterno… Dios mismo nos ha capacitado para ello.
No seamos la viña ingrata que sólo produce agrazones, ni los arrendatarios que se niegan a entregar el fruto. No ignoremos la presencia permanente (no mera visita) del “Hijo querido” que vive entre nosotros y que nos impulsa a trabajar cada día por un mundo mejor, por una viña más bella y frondosa.
Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf