LECTURAS DEL SÁBADO VII DEL T. ORDINARIO 21 DE MAYO SAN CRISTÓBAL MAGALLANES PRESBÍTERO Y COMPAÑEROS MÁRTIRES (ROJO)
Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios es de los que son como ellos.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Los
santos de Dios vivieron en el amor fraterno, por el mandato del Señor y
las leyes paternas, porque solamente uno fue su espíritu y una su fe.
ORACIÓN COLECTA
Dios
todopoderoso y eterno, que concediste a san Cristóbal Magallanes,
presbítero, y a sus compañeros, que fueran fieles a Cristo Rey hasta el
martirio, concédenos, por su intercesión, que, perseverando en la
confesión de la fe verdadera, podamos ser siempre fieles a los mandatos
de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Mucho puede la oración insistente del justo.
De la carta del apóstol Santiago: 5, 13-20
Hermanos
míos: ¿Sufre alguno de ustedes? Que haga oración. ¿Está de buen humor?
Que entone cantos al Señor. ¿Hay alguno enfermo? Que llame a los
presbíteros de la Iglesia, para que oren por él y lo unjan con aceite,
invocando al Señor. La oración hecha con fe le dará la salud al enfermo y
el Señor hará que se levante; y si tiene pecados, se le perdonarán.
Por
lo tanto, confiesen sus pecados los unos a los otros y oren los unos
por los otros para que se curen. Mucho puede la oración insistente del
justo: Elías era un hombre igual a nosotros, y cuando oró con
insistencia para que no lloviera, no llovió en tres años y medio; volvió
a orar, y el cielo dio su lluvia, y la tierra, sus cosechas. Hermanos
míos, si alguno de ustedes se desvía de la verdad y otro lo hace volver
al buen camino, tengan presente que quien hace volver a un pecador de su
extravío, salvará su propia alma de la muerte y sepultará una multitud
de pecados.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 140
R/. Que sea, Señor, mi oración como el incienso.
A
ti clamo, Señor, acude pronto; cuando te invoco, escucha mi plegaria.
Que sea mi oración como el incienso; como ofrenda, mis manos levantadas.
R/.
Pon,
Señor, en mi boca un centinela, un vigía, a la puerta de mis labios. En
ti, Señor, están puestos mis ojos, no me niegues tu amparo. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. Mt 11, 25
R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/
El que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Del santo Evangelio según san Marcos: 10, 13-16
En
aquel tiempo, la gente le llevó a Jesús unos niños para que los tocara,
pero los discípulos trataban de impedirlo. Al ver aquello, Jesús se
disgustó y les dijo: "Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo
impidan, porque el Reino de Dios es de los que son como ellos. Les
aseguro que el que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará
en él". Después tomó en brazos a los niños y los bendijo imponiéndoles
las manos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta,
Señor, estas ofrendas que te presentamos en la conmemoración de tus
mártires Cristóbal y compañeros, y te pedimos que, así como les diste la
claridad de la santa fe, del mismo modo nos concedas el perdón y la
paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 10, 28
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
https://www.facebook.com/snfranciscoxavier.comunidadcatolica
Comentario al Evangelio de hoy
Alejandro Carbajo, cmf
Queridos amigos, paz y bien.Termina la Carta de Santiago con una serie de peticiones a su comunidad, en algunos momentos concretos: la enfermedad y la reconciliación. Orar con fe puede sanar. Tenemos que rezar con confianza, sabiendo que nos escuchan, depositando en la oración nuestras esperanzas y presentado nuestros retos.
La oración nos lleva a vivir en contacto con Cristo resucitado, a sentirle cerca y a compenetrarnos con Él. Y así poder vivir cada vez más como Dios quiere. Rezar por los buenos, y rezar por los malos, por los que están cerca y por los que están lejos. Rezar y rezar, poniendo alma, corazón y vida en la oración.
Y Cristo en el Evangelio abre nuevos caminos, acogiendo a los niños. Los pobres, las mujeres, los marginados, los niños… Esos son los favoritos del Señor. Quizá aquí ya sería posible detenerse, dar tiempo a los lectores para que piensen (pensemos) quiénes son nuestros favoritos, por quién rezamos, de quién nos acordamos en nuestros encuentros con Cristo.
Que el Espíritu nos ayude a vivir cada día más en unión con la Santa Trinidad, que mañana recordaremos. Que amemos como el Padre ama al Hijo, y el Hijo al Espíritu, para poder ser verdaderos discípulos. Sin excluir a nadie. Y sufriendo y alegrándonos con todos. Que nuestra oración sea verdadera, sincera, profunda, abierta a todos, como la de Cristo. Y que cada día sintamos que Él está cerca. De nosotros y de nuestros seres queridos. De todos.