Misal de hoy Jueves 14 de Abril 2016 y Comentario al Evangelio

LECTURAS DEL JUEVES III DE PASCUA 14 DE ABRIL (BLANCO)


Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.


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ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ex 15, 1-2

Cantemos al Señor, pues su victoria es grande. Mi fortaleza y mi alabanza es el Señor, Él es mi salvación. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, concédenos aprovechar bien los dones de tu bondad en estos días en que, por gracia tuya, la hemos experimentado más plenamente, para que, libres de las tinieblas del error, nos hagas estar adheridos firmemente a tu verdad. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Aquí hay agua. ¿Hay alguna dificultad para que me bautices?

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Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 8, 26-40

En aquellos días, un ángel del Señor le dijo a Felipe: "Levántate y toma el camino del sur, que va de Jerusalén a Gaza y que es poco transitado". Felipe se puso en camino. Y sucedió que un etíope, alto funcionario de Candaces, reina de Etiopía, y administrador de sus tesoros, que había venido a Jerusalén para adorar a Dios, regresaba en su carro, leyendo al profeta Isaías.

Entonces el Espíritu le dijo a Felipe: "Acércate y camina junto a ese carro". Corrió Felipe, y oyendo que el hombre leía al profeta Isaías, le preguntó: "¿Entiendes lo que estás leyendo?" Él le contestó: "¿Cómo voy a entenderlo, si nadie me lo explica?" Entonces invitó a Felipe a subir y a sentarse junto a él.

El pasaje de la Escritura que estaba leyendo, era éste: Como oveja fue llevado a la muerte; como cordero que no se queja frente al que lo trasquila, así él no abrió la boca. En su humillación no se le hizo justicia. ¿Quién podrá hablar de su descendencia, puesto que su vida ha sido arrancada de la tierra’?

El etíope le preguntó a Felipe: "Dime, por favor: ¿De quién dice esto el profeta, de sí mismo o de otro?" Felipe comenzó a hablarle y partiendo de aquel pasaje, le anunció el Evangelio de Jesús. Siguieron adelante, llegaron a un sitio donde había agua y dijo el etíope: "Aquí hay agua. ¿Hay alguna dificultad para que me bautices?" Felipe le contestó: "Ninguna, si crees de todo corazón". Respondió el etíope: "Creo que Jesús es el Hijo de Dios". Mandó parar el carro, bajaron los dos al agua y Felipe lo bautizó.

Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El etíope ya no lo vio más y prosiguió su viaje, lleno de alegría. En cuanto a Felipe, se encontró en la ciudad de Azoto y evangelizaba los poblados que encontraba a su paso, hasta que llegó a Cesarea.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 65

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R/. Tu salvación, Señor, es para todos. Aleluya.

Naciones, bendigan a nuestro Dios, hagan resonar sus alabanzas, porque él nos ha devuelto la vida y no dejó que tropezaran nuestros pies. R/.

Cuantos temen a Dios, vengan y escuchen, y les diré lo que ha hecho por mí; a él dirigí mis oraciones y mi lengua le cantó alabanzas. R/.

Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica, ni me retiró su gracia. R/.

ACLAMACIÓN  Jn 6, 51

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R/. Aleluya, aleluya.

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma de este pan vivirá para siempre. R/.

Yo soy el pan vivo, que ha bajado del cielo.

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Del santo Evangelio según san Juan: 6, 44-51

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre, que me ha enviado; y a ése yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todos serán discípulos de Dios. Todo aquel que escucha al Padre y aprende de él, se acerca a mí. No es que alguien haya visto al Padre, fuera de aquel que procede de Dios. Ese sí ha visto al Padre.

Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y sin embargo, murieron. Este es el pan que ha bajado del cielo para que, quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida".

Palabra del Señor.

Gloria a ti Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, que por el santo valor de este sacrificio nos hiciste participar de tu misma y gloriosa vida divina, concédenos que, así como hemos conocido tu verdad, de igual manera vivamos de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I- V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 2 Co 5, 15

Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para El, que murió y resucitó por ellos. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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Comentario al Evangelio de hoy

¡Buenos días, amigos!
Hoy el libro de los Hechos nos presenta un cambio de escena en la campaña misionera de Felipe. La iniciativa del Espíritu, que es lo que continuamente está resaltando Lucas, aparece aquí más clara todavía. Felipe recibe una orden que lo lleva, no a la ciudad sino al desierto; no a evangelizar multitudes, sino a una sola persona de la que no conocemos ni siquiera su nombre, sólo se nos dice que era etíope, o sea de una región lejanísima. Por primera vez se anuncia el evangelio a un extranjero. Esta narración está dando como un eco al encuentro de Jesús con los dos discípulos  camino de Emaús.
El etíope en su carroza estaba leyendo una profecía de Isaías. El pasaje era éste: «Como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo arrancaron de los vivos.» Parece ser que con este mismo texto del profeta Isaías la comunidad cristiana de aquella época iluminaba el sentido de la pasión y muerte de Jesús. Y partiendo de ese texto Felipe anuncia al etíope el sentido de la pasión, muerte y resurrección del Señor Jesús. El etíope tiene tanto interés en conocer el sentido de la Palabra de Dios, que con toda sencillez escucha las explicaciones de  Felipe. Y su respuesta inmediata es la fe en Jesús, una fe que se completa y se confirma con el Bautismo.
Lucas ha embellecido su narración con un hermoso símbolo que da unidad a la narración: del terreno desierto brota una fuente de agua vivificante; del libro incomprensible brota un sentido que ilumina y transforma; y el hombre estéril, el eunuco etíope, recobra una nueva vida.
De pronto, Felipe desaparece de la escena, pero la alegría acompaña al peregrino durante el camino de regreso a su patria.

En el evangelio de hoy  leemos: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre”. Os quiero compartir que vivo en un lugar muy bendecido, porque guarda las reliquias de 51 Misioneros Claretianos Mártires, beatificados por San Juan Pablo II en 1992.
En estos jóvenes Misioneros -40 de ellos tenían entre 21 y 25 años-se cumplió la Palabra de Jesús: “Yo soy el pan que da vida”. Fue la comunión el secreto de su fortaleza y entrega hasta el final. Siempre la eucaristía ha sido el alimento del cristiano perseguido. Los antiguos Mártires de la Iglesia ya decían que sin la Eucaristía no estaban preparados para el martirio. El mártir cristiano siempre ha buscado en la Eucaristía el pan para vencer el sufrimiento y la muerte. En la película “Un Dios prohibido” hay una escena muy emocionante: ¡cuando les reparten el bocadillo del desayuno aparece encima del trocito de chocolate la sagrada forma para comulgar! ¿Cómo estos jóvenes iban a poder enfrentar solos los sufrimientos y torturas del martirio? El Señor quiso hacerse prisionero con ellos para sostenerlos en la lucha. Y por eso alcanzaron la palma del martirio como verdaderos héroes de la fe.
Vuestro hermano en la fe.
Carlos Latorre
Misionero claretiano
carloslatorre@claretianos.es