LECTURAS DEL SÁBADO DESPUÉS DE CENIZA 13 DE FEBRERO (MORADO)
No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 68, 17
Escúchanos, Señor, porque grande es tu misericordia; por tu ternura, Señor, vuelve a nosotros tus ojos.
ORACIÓN COLECTA
Dios
todopoderoso y eterno, mira compasivo nuestra debilidad y extiende tu
mano poderosa para darnos tu protección. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Cuando compartas tu pan con el hambriento, brillará tu luz en las tinieblas.
Del libro del profeta Isaías 58, 9-14
Esto
dice el Señor: "Cuando renuncies a oprimir a los demás y destierres de
ti el gesto amenazador y la palabra ofensiva; cuando compartas tu pan
con el hambriento y sacies la necesidad del humillado, brillará tu luz
en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía. El Señor te dará
reposo permanente; en el desierto saciará tu hambre y dará vigor a tu
cuerpo; serás como un huerto bien regado, como un manantial cuyas aguas
no se agotan.
Construirás
sobre tus viejas ruinas y edificarás sobre cimientos muy antiguos; te
llamarán reparador de brechas y restaurador de hogares derruidos.
Si
detienes tus pasos para no violar el sábado y no tratas tus negocios en
mi día santo, si llamas al sábado tu delicia y lo consagras a la gloria
del Señor, si lo honras absteniéndote de viajes, de buscar tu interés,
de tratar tus asuntos, entonces el Señor será tu delicia. Te asentaré
sobre mis montañas, te haré gustar la herencia de tu padre Jacob".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 85
R. Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos.
Presta,
Señor, oídos a mi súplica, pues soy un pobre, lleno de desdichas.
Protégeme, Señor, porque te amo; salva a tu servidor, que en ti confía.
R/.
Ten
compasión de mí, pues clamo a ti, Dios mío, todo el día, y ya que a ti,
Señor, levanto el alma, llena a este siervo tuyo de alegría. R/.
Puesto
que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con quien tu nombre
invoca, escucha mi oración y a mi súplica da respuesta pronta. R/.
ACLAMACIÓN Ez 33, 11
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No quiero la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva, dice el Señor.
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.
Del santo Evangelio según san Lucas 5, 27-32
En
aquel tiempo, vio Jesús a un publicano, llamado Leví (Mateo), sentado
en su despacho de recaudador de impuestos, y le dijo: "Sígueme". El,
dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Leví
ofreció en su casa un gran banquete en honor de Jesús, y estaban a la
mesa, con ellos, un gran número de publicanos y otras personas. Los
fariseos y los escribas criticaban por eso a los discípulos,
diciéndoles: "¿Por qué comen y beben con publicanos y pecadores?" Jesús
les respondió: "No son los sanos los que necesitan al médico, sino los
enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para
que se conviertan".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe,
Señor, este sacrificio de reconciliación y de alabanza y concédenos
que, purificados por su eficacia, podamos ofrecerte el afecto de un
corazón grato a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 9, 13
Misericordia quiero y no sacrificios, dice el Señor; pues no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Reanimados
por este don de vida celestial, te rogamos, Señor, que lo que en esta
vida es sacramento para nosotros, se nos convierta en remedio de
eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
https://www.facebook.com/snfranciscoxavier.comunidadcatolica
Comentario al Evangelio de hoy
Querido amigo/a:
El sábado es un día más relajado, laboralmente hablando. Es un buen momento para descansar y dedicar un poco más de tiempo para orar con más calma y sosiego, para saborear a Dios en el banco de un parque, contemplando la naturaleza, encontrando el silencio y la quietud que apacigüa nuestra alma. El corazón necesita escuchar a Dios. Cuando somos capaces de estar a la escucha de forma pacífica y confiada, nuestro interior puede oír la voz de Dios que llama insistentemente y con dulzura a nuestra puerta, como la voz que hoy llama a Leví, sentado al mostrador de los impuestos.
…Se levantó y lo siguió. Sólo un corazón disponible es capaz de levantarse. Levantarse implica dejar todo lo que estás haciendo, dar prioridad a quien te llama, renunciar. No se puede permanecer sentado en el mostrador de los impuestos y seguir a Jesús al mismo tiempo. El seguimiento implica cambio de dirección. Este es el problema que, en ocasiones, nos impide avanzar en la vida de fe: nos da miedo levantarnos y abandonar nuestras seguridades. El profeta Isaías lo explica muy bien en la primera lectura: …cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía.
Cuando somos capaces de avanzar en el seguimiento de Jesús porque superamos el inmovilismo que nos estanca, nuestro corazón se alegra, hace fiesta. El banquete de Jesús con Leví expresa la alegría del encuentro. Jesús está deseando sentarse a nuestra mesa. Es necesario estar muy atentos para escuchar sus llamadas y estar vitalmente dispuestos a levantarnos y dejar lo que tengamos entre manos para abrir la puerta a nuestro Señor, aquel que viene a traer mucha paz y alegría a nuestra vida. Que este sábado sea un día propicio para ello. ¡Feliz jornada!
Vuestro hermano en la fe. Juan Lozano, cmf.
El sábado es un día más relajado, laboralmente hablando. Es un buen momento para descansar y dedicar un poco más de tiempo para orar con más calma y sosiego, para saborear a Dios en el banco de un parque, contemplando la naturaleza, encontrando el silencio y la quietud que apacigüa nuestra alma. El corazón necesita escuchar a Dios. Cuando somos capaces de estar a la escucha de forma pacífica y confiada, nuestro interior puede oír la voz de Dios que llama insistentemente y con dulzura a nuestra puerta, como la voz que hoy llama a Leví, sentado al mostrador de los impuestos.
…Se levantó y lo siguió. Sólo un corazón disponible es capaz de levantarse. Levantarse implica dejar todo lo que estás haciendo, dar prioridad a quien te llama, renunciar. No se puede permanecer sentado en el mostrador de los impuestos y seguir a Jesús al mismo tiempo. El seguimiento implica cambio de dirección. Este es el problema que, en ocasiones, nos impide avanzar en la vida de fe: nos da miedo levantarnos y abandonar nuestras seguridades. El profeta Isaías lo explica muy bien en la primera lectura: …cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía.
Cuando somos capaces de avanzar en el seguimiento de Jesús porque superamos el inmovilismo que nos estanca, nuestro corazón se alegra, hace fiesta. El banquete de Jesús con Leví expresa la alegría del encuentro. Jesús está deseando sentarse a nuestra mesa. Es necesario estar muy atentos para escuchar sus llamadas y estar vitalmente dispuestos a levantarnos y dejar lo que tengamos entre manos para abrir la puerta a nuestro Señor, aquel que viene a traer mucha paz y alegría a nuestra vida. Que este sábado sea un día propicio para ello. ¡Feliz jornada!
Vuestro hermano en la fe. Juan Lozano, cmf.