LECTURAS DEL VIERNES DESPUÉS DE CENIZA 12 DE FEBRERO (MORADO)
¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo, mientras él está con ellos?
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 29, 11
El Señor me escuchó, tuvo misericordia de mí; el Señor vino en mi ayuda.
ORACIÓN COLECTA
Te
pedimos, Señor, que tu bondad nos ayude a continuar las obras
penitenciales que hemos comenzado, para que la austeridad exterior que
practicamos vaya siempre acompañada por la sinceridad de corazón. Por
nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Este es el ayuno que yo quiero.
Del libro del profeta Isaías 58, 1-9
Esto
dice el Señor; "Clama a voz en cuello y que nadie te detenga. Alza la
voz como trompeta. Denuncia a mi pueblo sus delitos, a la casa de Jacob
sus pecados.
Me
buscan día a día y quieren conocer mi voluntad, como si fuera un pueblo
que practicara la justicia y respetara los juicios de Dios. Me piden
sentencias justas y anhelan tener cerca a Dios. Me dicen todos los días:
`¿Para qué ayunamos, si tú no nos ves? ¿Para qué nos sacrificamos, si
no te das por enterado?’
Es
que el día en que ustedes ayunan encuentran la forma de hacer negocio y
oprimen a sus trabajadores. Es que ayunan, sí, para luego reñir y
disputar, para dar puñetazos sin piedad.
Ese
no es un ayuno que haga oír en el cielo la voz de ustedes. ¿Acaso es
éste el ayuno que me agrada? ¿Es ésta la mortificación que yo acepto del
hombre: encorvar la cabeza como un junco y acostarse sobre saco y
ceniza? ¿A esto llaman ayuno y día agradable al Señor?
El
ayuno que yo quiero de ti es éste, dice el Señor: Que rompas las
cadenas injustas y levantes los yugos opresores; que liberes a los
oprimidos y rompas todos los yugos; que compartas tu pan con el
hambriento y abras tu casa al pobre sin techo; que vistas al desnudo y
no des la espalda a tu propio hermano.
Entonces
surgirá tu luz como la aurora y cicatrizarán de prisa tus heridas; te
abrirá camino la justicia y la gloria del Señor cerrará tu marcha.
Entonces clamarás al Señor y te responderá; lo llamarás y te dirá: ‘Aquí estoy’ ".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 50
R/. A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Por
tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis
ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados.
R/.
Puesto
que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra
ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo. R/.
Tú,
Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera un
holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento, y a un
corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. Am 5, 14
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Busquen el bien y no el mal, para que vivan, y el Señor estará con ustedes. R/.
Cuando les quiten al esposo, entonces ayunarán.
Del santo Evangelio según san Mateo 9, 14-15
En
aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le
preguntaron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, mientras nosotros y los
fariseos sí ayunamos?"
Jesús
les respondió: "¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo,
mientras él está con ellos? Pero ya vendrán días en que les quitarán al
esposo, y entonces sí ayunarán".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor,
que este santo sacrificio que te ofrecemos en este tiempo de Cuaresma
nos haga más gratos a tus ojos y más generosos en la práctica de la
penitencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 24, 4
Muéstranos, Señor, tus caminos, enséñanos tus senderos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te
pedimos, Dios todopoderoso, que la participación en este sacramento nos
purifique de todo pecado y nos disponga a recibir los dones de tu
bondad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
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Comentario al Evangelio de hoy
Juan Lozano, cmf
Querido amigo/a:“Ayuno” es la palabra estrella en la liturgia de la Palabra de hoy. Uno de los conceptos clásicos de la Cuaresma junto a la oración y la limosna. Pero, ¿cómo entender hoy el ayuno? No es un concepto incomprensible en nuestra cultura. Ayunar para ponerse a régimen, para realizar una dieta de adelgazamiento por motivos estéticos, de salud o deportivos, es una práctica que muchas personas realizan. En el aspecto religioso, ayunar, no sólo de alimentos, sino de todo aquello que me aleja de Dios, prácticas o vicios que me esclavizan como un uso abusivo de la televisión, de las tecnologías de la comunicación, juegos, pornografía, etc., es un tipo de ayuno que también comprendemos porque nos hace bien espiritualmente y la Cuaresma nos invita a ello. Pero la Palabra de Dios nos invita a buscar un sentido más profundo al ayuno: ¿para qué ayunar? ¿Cuál es su finalidad?
El profeta Isaías critica el ayuno carente de sentido: ¿Para qué ayunar, si no haces caso? El día de ayuno buscáis vuestro interés. ¿Es ése el ayuno que el Señor desea para el día en que el hombre se mortifica? ¿A eso lo llamáis ayuno, día agradable al Señor? Y es que el ayuno religioso que nace del orgullo, de la concupiscencia espiritual, es decir, de la vanagloria, del puro perfeccionamiento, del narcisismo espiritual, es el ayuno que critica el profeta y contra el que nos previene la Palabra de Dios. Todo ayuno religioso no puede verse privado de un elemento fundamental: tiene que producir beneficio en los otros, tiene que tener consecuencias positivas para los demás, especialmente para los más necesitados, no ser un ayuno de cuyos frutos yo sólo me beneficio. Así lo explica muy bien la primera lectura de hoy: El ayuno que yo quiero es éste: abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo y no cerrarte a tu propia carne.
Por lo tanto, hoy en la oración se nos invita a pensar en el ayuno que Dios quiere. Por un lado ayunar de todo aquello que te haga más libre y por lo tanto más receptivo a Dios, pero sin olvidar el elemento fundamental que Dios quiere en el ayuno: que beneficie a los demás. Tu ayuno tiene que hacer la vida más agradable, más liberadora, tiene que ser luz para los otros.
Pídele luz al Señor en tu oración de hoy para contestar a esta pregunta: ¿cuál es el ayuno que tú quieres para mi Señor en este tiempo de Cuaresma?
Vuestro hermano en la fe.