LECTURAS DEL DOMINGO DE LA SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR 3 DE ENERO (BLANCO)
Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
ANTÍFONA DE ENTRADA cfr. MI 3, 1; 1 Cro 19, 12
Miren que ya viene el Señor todopoderoso; en su mano están el reino y la potestad y el imperio.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Señor
Dios, que en este día manifestaste a tu Unigénito a las naciones,
guiándolas por la estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe,
que lleguemos a contemplar la hermosura de tu excelsa gloria. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
La gloria del Señor alborea sobre ti.
Levántate
y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del
Señor alborea sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra y espesa
niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en
ti se manifiesta su gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes
al resplandor de tu aurora.
Levanta
los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos
llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces verás esto
radiante de alegría; tu corazón se alegrará y se ensanchará cuando se
vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los
pueblos. Te inundará una multitud de camellos y dromedarios, procedentes
de Madián y de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo incienso y oro y
proclamando las alabanzas del Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 71
R/. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica,
Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes; así tu
siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente.
R/.
Florecerá
en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se
extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R/.
Los reyes de Occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante Él se postrarán todos los reyes y todas las naciones. R/.
Al
débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se
apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. R/.
También los paganos participan de la misma herencia que nosotros.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 3, 2-3. 5-6
Hermanos:
Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha
confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este
misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos,
pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y
profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son
coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes
de la misma promesa en Jesucristo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Mt 2, 2
R/. Aleluya, aleluya.
Hemos visto su estrella en el Oriente y hemos venido a adorar al Señor. R/.
Hemos venido de Oriente para adorar al rey de los judíos.
Jesús
nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de
Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey
de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y
hemos venido a adorarlo".
Al
enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con
él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y
les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En
Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra
de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres
de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo,
Israel".
Entonces
Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo
en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén,
diciéndoles: "Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y,
cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo".
Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la
estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se
detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se
llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con
María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus
cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante
el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro
camino.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús. Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
La
Luz de Jesús ha venido para el mundo entero. Por ello nuestra oración
quiere ser universal. Con el espíritu muy abierto, oremos.
Después de cada petición diremos: Padre misericordioso, escúchanos.
-Por
la Iglesia. Para que en este Año Jubilar se convierta en el eco de la
Palabra de Dios que resuene fuerte y decidida como palabra y gesto de
perdón, de ayuda, de amor. Oremos.
– Por los países de misión. Para que cada vez sean más los sacerdotes y religiosos hijos de aquellas tierras. Oremos.
–
Por los hombres y mujeres de buena voluntad que no han descubierto aún
el gozo de la fe. Para que pronto les sea anunciada y la acepten en su
corazón. Oremos.
–
Por los niños y niñas que viven esta fiesta llenos de alegría. Para que
aprendan a compartir con aquellos que sufren la pobreza o el abandono.
Oremos.
–
Por el reinicio del ciclo escolar. Para que la Luz de Cristo ilumine
los esfuerzos de los trabajadores de la educación y los alumnos. Oremos.
–
Por nosotros. Para que el Espíritu Santo nos conduzca y apoye al
cooperar en la obra de salvación realizada por Cristo. Oremos.
Escucha, Padre, nuestra oración, y derrama ti Espíritu en nuestros corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira
con bondad, Señor, los dones de tu Iglesia, que no consisten ya en oro,
incienso y mirra, sino en lo que por esos dones se representa, se
inmola y se recibe como alimento, Jesucristo, Señor nuestro. El, que
vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio de la Epifanía
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN cfr. Mt 2, 2
Hemos visto su estrella en el Oriente y venimos con regalos a adorar al Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te
pedimos, Señor, que tu luz celestial siempre y en todas partes vaya
guiándonos, para que contemplemos con ojos puros y recibamos con amor
sincero el misterio del que quisiste hacernos partícipes. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne,
https://www.facebook.com/snfranciscoxavier.comunidadcatolica
Resulta asombroso observar cómo hace más de dos mil años desde que Jesús vino a la tierra, a traernos la paz, y sin embargo las guerras de todas las clases se suceden en familias, comunidades, pueblos, naciones… Es probable que esto suceda porque los seres humanos todavía no hemos aprendido a pacificarnos, a sanarnos, a serenarnos, y entendemos mal lo que de verdad significa el que Dios nos haya confiado el don de la Paz.
Sin embargo, quien mejor entendió, vivió, regaló a todos este don de la paz… fue María. Por algo la Iglesia ha señalado el primer día del año, dedicado a María, Madre de Dios, como la Jornada mundial de la paz.
Si hay algún título que a la Madre le guste de forma especial es el de «Reina de la paz». Por eso hoy quiere dejarnos una palabra algo personal a cada uno de nosotros, y nos dice: «Cuento contigo para que en el mundo haya paz».
Cuento contigo, joven, para que sin perder tu alegría, tu desenfado, tu altruismo, seas constructor de paz en un mundo cargado de violencia; en un mundo donde proliferan los productos bélicos, las maquinitas de monstruos, los juegos de camicaces, las apuestas para matar…
Cuento contigo, joven, porque yo he sido joven y he apostado por la juventud. En vuestras manos está el siglo XXI. Tú eres responsable de que empiece bien; tú eres responsable de cimentarlo en roca firme; tú eres responsable de abrirte a un futuro de libertad, amor y fraternidad.
En tus manos está el progreso. Aprende a usarlo para que no te aprisione. La mente humana con toda su sabiduría es un regalo de Dios. Los elementos para llevar a cabo ese saber son un regalo de Dios. Pero, si todo esto no lo pasas por el tamiz de tu corazón forjado en el silencio y la escucha, del que es Dueño de todo lo creado, no sabrás utilizarlo para el bien; no podrás dominarlo, como quiso Dios desde la creación, que todo fuera dominado por el hombre. Y si el progreso se pone, como ya casi se ha puesto, por encima del hombre, tú, joven, serás esclavo de él y te aplastará, te llenará de miedos, de angustia, de duda, de dolor.
Por eso yo, que fui joven, quiero hacer un canto a esa juventud que tienes en las manos. Vívela desde la alegría, desde la gratuidad, desde la disponibilidad, desde el servicio. Porque, estemos donde estemos, esto engrandece al ser humano, esto hace crecer, esto… hace personas íntegras, capaces de dominar la historia desde el amor fiel, vivido al máximo por mi Hijo en la cruz cuando era joven, para enseñarnos lo que de verdad merece la pena.
«El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti, y te conceda su favor; el Señor se fije en ti y te conceda la paz» (Núm 6,24,26).
SOMOS CONSTRUCTORES DE PAZ
Resulta asombroso observar cómo hace más de dos mil años desde que Jesús vino a la tierra, a traernos la paz, y sin embargo las guerras de todas las clases se suceden en familias, comunidades, pueblos, naciones… Es probable que esto suceda porque los seres humanos todavía no hemos aprendido a pacificarnos, a sanarnos, a serenarnos, y entendemos mal lo que de verdad significa el que Dios nos haya confiado el don de la Paz.
Sin embargo, quien mejor entendió, vivió, regaló a todos este don de la paz… fue María. Por algo la Iglesia ha señalado el primer día del año, dedicado a María, Madre de Dios, como la Jornada mundial de la paz.
Si hay algún título que a la Madre le guste de forma especial es el de «Reina de la paz». Por eso hoy quiere dejarnos una palabra algo personal a cada uno de nosotros, y nos dice: «Cuento contigo para que en el mundo haya paz».
Cuento contigo, joven, para que sin perder tu alegría, tu desenfado, tu altruismo, seas constructor de paz en un mundo cargado de violencia; en un mundo donde proliferan los productos bélicos, las maquinitas de monstruos, los juegos de camicaces, las apuestas para matar…
Cuento contigo, joven, porque yo he sido joven y he apostado por la juventud. En vuestras manos está el siglo XXI. Tú eres responsable de que empiece bien; tú eres responsable de cimentarlo en roca firme; tú eres responsable de abrirte a un futuro de libertad, amor y fraternidad.
En tus manos está el progreso. Aprende a usarlo para que no te aprisione. La mente humana con toda su sabiduría es un regalo de Dios. Los elementos para llevar a cabo ese saber son un regalo de Dios. Pero, si todo esto no lo pasas por el tamiz de tu corazón forjado en el silencio y la escucha, del que es Dueño de todo lo creado, no sabrás utilizarlo para el bien; no podrás dominarlo, como quiso Dios desde la creación, que todo fuera dominado por el hombre. Y si el progreso se pone, como ya casi se ha puesto, por encima del hombre, tú, joven, serás esclavo de él y te aplastará, te llenará de miedos, de angustia, de duda, de dolor.
Por eso yo, que fui joven, quiero hacer un canto a esa juventud que tienes en las manos. Vívela desde la alegría, desde la gratuidad, desde la disponibilidad, desde el servicio. Porque, estemos donde estemos, esto engrandece al ser humano, esto hace crecer, esto… hace personas íntegras, capaces de dominar la historia desde el amor fiel, vivido al máximo por mi Hijo en la cruz cuando era joven, para enseñarnos lo que de verdad merece la pena.
«El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti, y te conceda su favor; el Señor se fije en ti y te conceda la paz» (Núm 6,24,26).
- See more at: http://juanjauregui.es/celebrar-la-navidad/#sthash.r3tKHnrs.dpuf
Resulta asombroso observar cómo hace más de dos mil años desde que Jesús vino a la tierra, a traernos la paz, y sin embargo las guerras de todas las clases se suceden en familias, comunidades, pueblos, naciones… Es probable que esto suceda porque los seres humanos todavía no hemos aprendido a pacificarnos, a sanarnos, a serenarnos, y entendemos mal lo que de verdad significa el que Dios nos haya confiado el don de la Paz.
Sin embargo, quien mejor entendió, vivió, regaló a todos este don de la paz… fue María. Por algo la Iglesia ha señalado el primer día del año, dedicado a María, Madre de Dios, como la Jornada mundial de la paz.
Si hay algún título que a la Madre le guste de forma especial es el de «Reina de la paz». Por eso hoy quiere dejarnos una palabra algo personal a cada uno de nosotros, y nos dice: «Cuento contigo para que en el mundo haya paz».
Cuento contigo, joven, para que sin perder tu alegría, tu desenfado, tu altruismo, seas constructor de paz en un mundo cargado de violencia; en un mundo donde proliferan los productos bélicos, las maquinitas de monstruos, los juegos de camicaces, las apuestas para matar…
Cuento contigo, joven, porque yo he sido joven y he apostado por la juventud. En vuestras manos está el siglo XXI. Tú eres responsable de que empiece bien; tú eres responsable de cimentarlo en roca firme; tú eres responsable de abrirte a un futuro de libertad, amor y fraternidad.
En tus manos está el progreso. Aprende a usarlo para que no te aprisione. La mente humana con toda su sabiduría es un regalo de Dios. Los elementos para llevar a cabo ese saber son un regalo de Dios. Pero, si todo esto no lo pasas por el tamiz de tu corazón forjado en el silencio y la escucha, del que es Dueño de todo lo creado, no sabrás utilizarlo para el bien; no podrás dominarlo, como quiso Dios desde la creación, que todo fuera dominado por el hombre. Y si el progreso se pone, como ya casi se ha puesto, por encima del hombre, tú, joven, serás esclavo de él y te aplastará, te llenará de miedos, de angustia, de duda, de dolor.
Por eso yo, que fui joven, quiero hacer un canto a esa juventud que tienes en las manos. Vívela desde la alegría, desde la gratuidad, desde la disponibilidad, desde el servicio. Porque, estemos donde estemos, esto engrandece al ser humano, esto hace crecer, esto… hace personas íntegras, capaces de dominar la historia desde el amor fiel, vivido al máximo por mi Hijo en la cruz cuando era joven, para enseñarnos lo que de verdad merece la pena.
«El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti, y te conceda su favor; el Señor se fije en ti y te conceda la paz» (Núm 6,24,26).
- See more at: http://juanjauregui.es/celebrar-la-navidad/#sthash.r3tKHnrs.dpuf