LECTURAS DEL DOMINGO XXXIII DEL T. ORDINARIO 15 DE NOVIEMBRE (VERDE)
Nadie conoce el día ni la hora. Ni los ángeles del cielo ni el Hijo; solamente el Padre.
ANTÍFONA DE ENTRADA Jr 29, 11. 12. 14
Yo
tengo designios de paz, no de aflicción, dice el Señor. Ustedes me
invocarán y yo los escucharé y los libraré de la esclavitud donde quiera
que se encuentren.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos,
Señor, Dios nuestro, alegrarnos siempre en tu servicio porque la
profunda y verdadera alegría está en servirte siempre a ti, autor de
todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Entonces se salvará tu pueblo.
Del libro del profeta Daniel: 12, 1-3
En aquel tiempo, se levantará Miguel, el gran príncipe que defiende a tu pueblo.
Será
aquel un tiempo de angustia, como no lo hubo desde el principio del
mundo. Entonces se salvará tu pueblo; todos aquellos que están escritos
en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo, despertarán: unos
para la vida eterna, otros para el eterno castigo.
Los
guías sabios brillarán como el esplendor del firmamento, y los que
enseñan a muchos la justicia, resplandecerán como estrellas por toda la
eternidad.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 15
R/ Enséñanos, Señor el camino de la vida.
El
Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus
manos. Tengo siempre presente al Señor y con Él a mi lado, jamás
tropezaré. R/.
Por
eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá tranquilo,
porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás que sufra yo la
corrupción. R/.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua junto a ti. R/.
Con una sola ofrenda Cristo hizo perfectos para siempre a los que ha santificado.
De la carta a los hebreos: 10, 11-14. 18
Hermanos:
En la antigua alianza los sacerdotes ofrecían en el templo, diariamente
y de pie, los mismos sacrificios, que no podían perdonar los pecados.
Cristo, en cambio, ofreció un solo sacrificio por los pecados y se sentó
para siempre a la derecha de Dios; no le queda sino aguardar a que sus
enemigos sean puestos bajo sus pies. Así, con una sola ofrenda, hizo
perfectos para siempre a los que ha santificado. Porque una vez que los
pecados han sido perdonados, ya no hacen falta más ofrendas por ellos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Cfr. Lc 21, 36
R/. Aleluya, aleluya.
Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el Hijo del hombre. R/.
Congregará a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales.
Del santo Evangelio según san Marcos: 13, 24-32
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando lleguen aquellos
días, después de la gran tribulación, la luz del sol se apagará, no
brillará la luna, caerán del cielo las estrellas y el universo entero se
conmoverá. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con
gran poder y majestad. Y Él enviará a sus ángeles a congregar a sus
elegidos desde los cuatro puntos cardinales y desde lo más profundo de
la tierra a lo más alto del cielo.
Entiendan
esto con el ejemplo de la higuera. Cuando las ramas se ponen tiernas y
brotan las hojas, ustedes saben que el verano está cerca. Así también,
cuando vean ustedes que suceden estas cosas, sepan que el fin ya está
cerca, ya está a la puerta. En verdad que no pasará esta generación sin
que todo esto se cumpla. Podrán dejar de existir el cielo y la tierra,
pero mis palabras no dejarán de cumplirse. Nadie conoce el día ni la
hora. Ni los ángeles del cielo ni el Hijo; solamente el Padre".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
Presentemos nuestras plegarias a Dios, nuestro Padre.
Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre.
–
Por los pastores de la Iglesia. Para que con su ejemplo sean un
estímulo para que surjan nuevas vocaciones al servicio sacerdotal.
Oremos.
–
Por nuestra Iglesia diocesana. Para que disponga de los recursos
materiales necesarios para llevar a cabo su actividad y mantener sus
obras apostólicas. Oremos.
–
Por los gobernantes de todas las naciones. Para que el ejemplo de
servicio de Jesucristo los lleve a buscar siempre el bien de todos, y de
un modo especial de los más débiles. Oremos.
–
Por los que sufren a causa de la soledad, la enfermedad, el hambre o la
pobreza. Para que no les falte la ayuda de los que pueden hacer más
llevadera su situación. Oremos.
–
Por todos los que estamos aquí. Para que, cuando termine nuestro
peregrinar en este mundo, el Padre del amor y de la misericordia nos
reciba con nuestros hermanos difuntos en el banquete de su Reino.
Oremos.
Escucha, Señor, las oraciones que te hemos dirigido, y guárdanos siempre de todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos,
Señor, que estas ofrendas que ponemos bajo tu mirada, nos obtengan la
gracia de vivir entregados a tu servicio y nos alcancen, en recompensa,
la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 72, 28
Mi felicidad consiste en estar cerca de Dios y en poner sólo en él mis esperanzas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
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