LECTURAS DEL DOMINGO XXXII DEL T. ORDINARIO 8 DE NOVIEMBRE (VERDE)
Los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza, ha echado todo lo que tenía para vivir.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 87, 3
Que llegue hasta ti mi súplica, Señor, inclina tu oído a mi clamor.
ORACIÓN COLECTA
Dios
omnipotente y misericordioso, aparta de nosotros todos los males, para
que, con el alma y el cuerpo bien dispuestos, podamos con libertad de
espíritu cumplir lo que es de tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Con el puñado de harina la viuda hizo un panecillo y se lo llevó a Elías.
Del primer libro de los Reyes: 17, 10-16
En
aquel tiempo, el profeta Elías se puso en camino hacia Sarepta. Al
llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí a una viuda que recogía
leña. La llamó y le dijo:
"Tráeme,
por favor, un poco de agua para beber". Cuando ella se alejaba, el
profeta le gritó: "Por favor, tráeme también un poco de pan". Ella le
respondió: "Te juro por el Señor, tu Dios, que no me queda ni un pedazo
de pan; tan sólo me queda un puñado de harina en la tinaja y un poco de
aceite en la vasija. Ya ves que estaba recogiendo unos cuantos leños.
Voy a preparar un pan para mí y para mi hijo. Nos lo comeremos y luego
moriremos".
Elías
le dijo: "No temas. Anda y prepáralo como has dicho; pero primero haz
un panecillo para mí y tráemelo. Después lo harás para ti y para tu
hijo, porque así dice el Señor Dios de Israel: ‘La tinaja de harina no
se vaciará, la vasija de aceite no se agotará, hasta el día en que el
Señor envíe la lluvia sobre la tierra’ ".
Entonces
ella se fue, hizo lo que el profeta le había dicho y comieron él, ella y
el niño. Y tal como había dicho el Señor por medio de Elías, a partir
de ese momento, ni la tinaja de harina se vació, ni la vasija de aceite
se agotó.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 145
R/. El Señor siempre es fiel a su palabra.
El
Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al
oprimido; Él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R/.
Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R/.
A
la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo.
Reina el Señor eternamente. Reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos. R/.
Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos.
De la carta a los hebreos: 9, 24-28
Hermanos:
Cristo no entró en el santuario de la antigua alianza, construido por
mano de hombres y que sólo era figura del verdadero, sino en el cielo
mismo, para estar ahora en la presencia de Dios, intercediendo por
nosotros.
En
la antigua alianza, el sumo sacerdote entraba cada año en el santuario
para ofrecer una sangre que no era la suya; pero Cristo no tuvo que
ofrecerse una y otra vez a sí mismo en sacrificio, porque en tal caso
habría tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. De
hecho, Él se manifestó una sola vez, en el momento culminante de la
historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo.
Así
como está determinado que los hombres mueran una sola vez y que después
de la muerte venga el juicio, así también Cristo se ofreció una sola
vez para quitar los pecados de todos. Al final se manifestará por
segunda vez, pero ya no para quitar el pecado, sino para salvación de
aquellos que lo aguardan y en El tienen puesta su esperanza.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Mt 5, 3
R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. R/.
Esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos.
Del santo Evangelio según san Marcos: 12, 38-44
En
aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y le decía: "¡Cuidado con
los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir
reverencias en las calles; buscan los asientos de honor en las sinagogas
y los primeros puestos en los banquetes; se echan sobre los bienes de
las viudas haciendo ostentación de largos rezos. Éstos recibirán un
castigo muy riguroso".
En
una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo,
mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban en
abundancia. En esto, se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de
muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: "Yo
les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos.
Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su
pobreza, ha echado todo lo que tenía para vivir".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Presentemos al Padre nuestras plegarias. Él es la fortaleza de los débiles y la luz para toda la humanidad.
Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos.
– Por la Iglesia. Que sea siempre portadora de paz, de esperanza, de concordia y de confianza. Oremos.
– Por los obispos mexicanos. Que el Espíritu Santo los asista en la reunión que tendrán esta semana. Oremos.
–
Por nuestros gobernantes. Que trabajen decididamente por alcanzar el
fin de la violencia y una vida con justicia y dignidad para todos.
Oremos.
– Por los padres y madres de familia. Que cada día aprendan a amarse más, y sean buenos educadores de sus hijos. Oremos.
– Por todos nosotros. Que nuestra fe en Jesucristo nos lleve
a ser generosos con nuestros hermanos. Oremos.
Escúchanos, Padre, y ten piedad de nosotros y de todos los hombres y mujeres del mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor,
mira con bondad este sacrificio, y concédenos alcanzar los frutos de la
pasión de tu Hijo, que ahora celebramos sacramentalmente. Él, que vive y
reina por los siglos de los siglos.
Prefacio dominical.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 22, 1-2
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
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