LECTURAS DEL SÁBADO XXVII DEL T. ORDINARIO 10 DE OCTUBRE (VERDE O BLANCO)
"Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica".
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Lc 1,28. 42
Dios
te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú
eres entre las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre.
ORACIÓN COLECTA
Señor
Dios, que elegiste como Madre del Salvador a la santísima Virgen María,
singularmente bendita entre los pobres y los humildes, concédenos que,
siguiendo su ejemplo, te rindamos el homenaje de una fe sincera y
pongamos en ti toda esperanza de salvación. Por nuestro Señor
Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Empuñen las hoces, porque ya la mies está madura.
Del libro del profeta Joel: 4, 12-21
"Que
se levanten las naciones y acudan al valle de Josafat: allí me sentaré a
juzgar a las naciones vecinas. Empuñen las hoces, porque ya la mies
está madura; vengan a pisar las uvas, porque ya está lleno el lagar, ya
las cubas están rebosantes de sus maldades.
Multitudes
y multitudes se reúnen en el valle del juicio, porque está cerca el día
del Señor. El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retiran su
resplandor. El Señor ruge desde Sión, desde Jerusalén levanta su voz;
tiemblan los cielos y la tierra.
Pero
el Señor protege a su pueblo, auxilia a los hijos de Israel. Entonces
sabrán que yo soy el Señor, su Dios, que habito en Sión, mi monte santo.
Jerusalén será santa y ya no pasarán por ella los extranjeros.
Aquel
día los montes destilarán vino y de las colinas manará leche. Los ríos
de Judá irán llenos de agua y brotará un manantial del templo del Señor,
que regará el valle de las Acacias. Egipto se volverá un desierto y
Edom una árida estepa, porque oprimieron a los hijos de Judá y
derramaron sangre inocente en su país.
En
cambio, Judá estará habitada para siempre, y Jerusalén, por todos los
siglos. Vengaré su sangre, no quedarán impunes los que la derramaron, y
yo, el Señor, habitaré en Sión".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 96
R/. Alegrémonos todos con el Señor.
Reina
el Señor, alégrese la tierra, cante de regocijo el mundo entero.
Tinieblas y nubes rodean el trono del Señor, que se asienta en la
justicia y el derecho. R/.
Los
montes se derriten como cera ante el Señor de toda la tierra. Los
cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos.
R/.
Amanece
la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón.
Alégrense, justos, con el Señor y bendigan su santo nombre. R/.
ACLAMACIÓN
Lc 11, 28 R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica, dice el Señor. R/.
Dichosa la mujer que te llevó en su seno. —Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios.
Del santo Evangelio según san Lucas: 11, 27-28
En
aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la multitud, una mujer del
pueblo, gritando, le dijo: "¡Dichosa la mujer que te llevó en su seno y
cuyos pechos te amamantaron!" Pero Jesús le respondió: "Dichosos todavía
más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acoge,
Señor, estas ofendas que manifiestan nuestro filial servicio, para que,
al celebrar la obra de la caridad inmensa de tu Hijo, seamos
confirmados en el amor a ti y al prójimo, a ejemplo de la bienaventurada
Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Santa María Virgen
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 86, 3; Lc 1, 49
De ti se dicen maravillas, Virgen María, porque ha hecho en ti cosas grandes el que todo lo puede.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
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