Evangelio y Comentario de hoy Domingo 27 de Septiembre 2015

Primera lectura

Lectura del libro de los Números (11,25-29):

El Señor bajó en la nube y habló a Moisés; tomó parte del espíritu que había en él y se lo pasó a los setenta ancianos. Cuando el espíritu de Moisés se posó sobre ellos, comenzaron a profetizar, pero esto no volvió a repetirse. Dos de ellos se habían quedado en el campamento, uno se llamaba Eldad y otro Medad. Aunque estaban entre los elegidos, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu vino también sobre ellos y se pusieron a profetizar en el campamento.
Un muchacho corrió a decir a Moisés: «Eldad y Medad están profetizando en el campamento.»
Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino diciendo: «¡Señor mío, Moisés, prohíbeselo!»
Moisés replicó: «¿Tienes celos por mí? ¡Ojalá que todo el pueblo profetizara y el Señor infundiera en todos su espíritu!»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 18

R/.
Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

Aunque tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta. R/.

Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta de Santiago (5,1-6):

Vosotros los ricos, gemid y llorad ante las desgracias que se os avecinan. Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos son pasto de la polilla. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y este óxido será un testimonio contra vosotros y corroerá vuestras carnes como fuego. ¿Para qué amontonar riquezas si estamos en los últimos días? Mirad, el jornal de los obreros que segaron vuestros campos y ha sido retenido por vosotros está clamando y los gritos de los segadores están llegando a oídos del Señor todopoderoso. En la tierra habéis vivido lujosamente y os habéis entregado al placer; con ello habéis engordado para el día de la matanza. Habéis condenado, habéis asesinado al inocente, y ya no os ofrece resistencia.

Palabra de Dios

Evangelio de hoy

Evangelio según san Marcos (9,38-43.45.47-48), del domingo, 27 de septiembre de 2015

Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,38-43.45.47-48):

En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de nuestro grupo.»
Jesús replicó: «No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a favor nuestro. Os aseguro que el que os dé a beber un vaso de agua porque sois del Mesías no quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran del cuello una piedra de molino y lo echaran al mar. Y si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al fuego eterno que no se extingue. Y si tu pie es ocasión de pecado para ti, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida, que ser arrojado con los dos pies al fuego eterno. Y si tu ojo es ocasión de pecado para ti, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos al fuego eterno, donde el gusano que roe no muere y el fuego no se extingue.»

Palabra del Señor
 
Comentario 
Queridos hermanos:
Si estamos atentos, vemos que entre la primera lectura y el Evangelio hay un gran parecido: en ambos casos Dios obra al margen del pequeño círculo de los elegidos, con los consiguientes celos: “¿Estás celoso de mí?”. Unos profetizaban otros echaban demonios “y se lo hemos querido impedir, porque no son de los nuestros”. La respuesta de Moisés y de Jesús son geniales: “¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!”, “No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro”.
De nuevo se nos invita a la reflexión, más allá de “los nuestros”, hay gente que denuncia las situaciones de injusticia, trabajan solidariamente, o proponen construir un planeta más limpio, más pacífico y mejor repartido. Hay otras religiones que como decía el Concilio Vaticano II, también tienen las semillas del Verbo, nadie puede acaparar el Reino, y mucho menos el espíritu de Dios. Por eso el verdadero hombre de Dios es abierto, generoso, de ideas amplias, no se empecina solamente en lo suyo o en los suyos, sino que es capaz de valorar cuánto hay de auténtico en los demás; no se pierde en nombres y etiquetas sino que trata de descubrir el espíritu, que está por dentro de las cosas. No dice que todos vengan a donde estoy yo, sino que busca, abre las puertas y sale fuera de la comunidad.
En eso de mirar fuera, no podemos dejar de recordar el texto de la segunda lectura de Santiago, es una seria advertencia y basta con leerlo, sobran los comentarios. Es fuerte por su claridad, tema siempre presto a racionalizaciones para justificarnos, no podemos confiar más en las riquezas que en Dios. Está en la línea de “el que escandalice…más le valdría”, “el que os dé a beber un vaso de agua”. Es la otra cara de la moneda: si hemos de ser amplios en nuestro punto de vista hacia los demás, debemos ser muy estrictos con nosotros mismos, ya que el Reino de Dios es exigente.
En la segunda parte del Evangelio, Jesús expresa esta idea a través de unas comparaciones, que exageran las notas para pone de relieve mejor el significado de su pensamiento: si nuestra mano, o el pie, o el ojo es motivo para caer, es mejor que los cortemos, para entrar sin ellos en el Reino, que conservarlos para perderlo todo por nuestro mal proceder. Dicho de otra forma, el Reino vale más para un auténtico creyente que toda la riqueza del mundo o que toda la sabiduría humana. Jesús, como Reino de Dios vivo y presente en medio de nosotros, es nuestro valor supremo y vale más que la integridad física y hasta que la vida misma. Si hay fe, hay opción total y definitiva por lo absoluto de la vida, todo lo demás se vuelve relativo, esta fe y su renuncia pueden tener apariencia de muerte pero conduce a la vida.
Si en las comunidades y parroquias hay una opción clara por Jesús, es necesario mantener las puertas abiertas, para que pueda entrar la vida que hay fuera y podamos sacar la que existe dentro. El proyecto del Reino es universal para todos los hombres, por eso debemos estar abiertos, la misión no se agota dentro de la Iglesia. Con verdadero espíritu de servicio debemos colaborar con nuestros contemporáneos, con todo lo que somos y tenemos, en la construcción de una sociedad más justa y en la defensa de los derechos humanos de las personas y de los pueblos más desfavorecidos.
Todas estas cuestiones nos pueden ayudar a los que en las parroquias, comunidades, grupos y movimientos, andamos por estas fechas en el comienzo de un nuevo curso pastoral y estamos programando los objetivos y líneas de acción para el mismo. Vamos a vivir estas dos caras del Evangelio: por una parte saber que el espíritu está en todos y nosotros no lo acaparamos; y por otra que el Reino y el seguimiento de Jesús parece ser una opción del todo o nada.
PD: Hoy es San Vicente de Paúl, amigo de los pobres y que sabía mucho de esto: “Si fuera voluntad de Dios que tuvieseis que asistir a un enfermo en domingo, en vez de ir a oír misa, aunque fuera obligación, habría que hacerlo. A eso se llama dejar a Dios por Dios. Dejar a Dios por Dios no es dejar a Dios”. Pedimos también por las Elecciones Catalanas.

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Domingo 26 del Tiempo Ordinario
Padre, hemos visto a uno que no era cura ni monja
“Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir porque no era de los nuestros”. Jesús respondió: “No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está en contra de nosotros está a favor nuestro”. (Mc 9,38-43.45.47-48)

La actitud de los discípulos en el Evangelio de hoy, tiene muy poca originalidad porque, en el fondo, la mayoría de nosotros vivimos más “excluyendo” que “incluyendo”. Los que son distintos a mí. Los que son diferentes a nuestro grupo. Los que no son de nuestro Partido. Los que no son de nuestra clase social. Dentro de nuestro corazón, muchos de nosotros llevamos ese grito de “no es de los nuestros”. Pienso que se trata de un Evangelio que hoy tiene infinitas versiones:
“Padre, hemos visto a una mujer y a un caballero, repartiendo la comunión en la Iglesia.” Yo me he cambiado de fila para recibirla de manos del Sacerdote.
“Padre, qué escándalo, hemos visto por TV a unas niñas haciendo de monaguillos.” Nosotros no aceptamos eso porque no son “varones”.
“Padre, hemos visto a una pareja de divorciados, enseñando religión.” Esos no son de los nuestros, tendríamos que prohibirles.

“Padre, hemos visto a un homosexual haciendo las lecturas en la Iglesia.” Ese no es de los nuestros. ¿Cómo permiten ustedes esas cosas?
“Padre, hemos visto a un Obispo charlando con un Pastor protestante, en una mesa de diálogo ecuménico.” Los Pastores protestantes no son de los nuestros.
“Padre, hemos visto a uno que salió de la cárcel haciendo de monitor en Misa.” Ese no es de los nuestros.
“Padre hemos visto a unos seglares llevando la comunión a los enfermos.” Esos no son de los nuestros, no son sacerdotes.
“Padre, hemos visto a un tipo que siempre llevó mala fama participar en grupos de oración.” Ese no es de los nuestros.

“Hemos visto.” “No es de los nuestros.” Excluimos a tantos que los “nuestros” van a ser tan pocos que casi estamos a punto de desaparecer. Esto puede darse incluso en los movimientos de espiritualidad en la Iglesia: “No es de los nuestros.” No es de nuestra línea. No es de nuestra espiritualidad. No es de nuestra teología. “No es de los nuestros”. Tenemos que prohibirles…
¿Qué diría hoy Jesús de estas nuestras exclusiones? ¿No nos respondería también hoy a nosotros: “No se lo impidáis… El que no está contra nosotros está a favor nuestro”?
EL EVANGELIO QUE JESÚS QUIERE… quizá pudiera ser:
“Señor, hemos visto ahí a un pobre que huele que apesta y lo hemos recogido, porque también él puede ser de los nuestros.”
“Señor, hemos visto a uno que dice que no cree en nada, y nosotros nos hemos acercado a él, y le hemos hablado de ti, porque también él, algún día puede ser de los nuestros.”

“Señor, hemos visto a uno que decía pestes contra la Iglesia, y nosotros le hemos hablado con cariño, pensando que sus prejuicios pueden obedecer a muchas cosas, y él mismo puede cambiar y ser algún día de los nuestros.”
“Señor, hemos visto a uno que no es creyente, no tiene ninguna religión, pero es un tipo que se desvive por la justicia en su barrio, y le hemos aplaudido. Este sí parece de los tuyos.”

“Señor, hemos visto a uno que tuvo un malísimo matrimonio, y debió separarse y ahora ha formando una hermosa familia, nosotros fuimos a su casa, almorzamos con él, y le hemos dado unas palabras de aliento. ¿Tú qué hubieses hecho? Nosotros lo hemos considerado de los nuestros.”
“Señor, nos hemos encontrado con uno que dicen que es de izquierdas. Pero dicen que se desvive por los demás. Ayuda a todos sin importarle de qué signo son. Y nosotros le hemos felicitado. Y hasta le hemos dicho: Tú eres de los nuestros.”
¿Será esto lo que Jesús desea?
Yo no sé si tú estás de acuerdo, pero estoy seguro de que Jesús sí lo está

/juanjauregui.es