Endiosamiento bueno y endiosamiento malo

Endiosamiento bueno y endiosamiento malo
Vamos a hablar de humildad, por que ésa es la virtud que nos ayuda a conocer, simultaneamente, nuestra miseria y nuestra grandeza .
Nuestras miserias resaltan con demasiada evidencia .
No me refiero a las limitaciones naturales: a tantas aspiraciones grandes con las que el hombre sueña y que, no efectuará nunca, aunque sólo sea por falta de tiempo,. Pienso en lo que realizamos mal, en las caídas, en las equivocaciones que podrian evitarse y no se evitan. continuamente experimentamos nuestra personal ineficiencia, pero, a veces
parece como que se juntasen todas estas cosas, como si se nos manifestasen con mayor relieve, para que nos demos cuenta de cuán poco somos , que hacer?
Espera en el señor; vive de la esperanza, nos sugiere la iglesia, con amor y con fe. Portate varonilmente. Que importa que seamos criaturas de lodo, si tenemos la esperanza puesta en Dios ?
Y si en algun momento un alma sufre una caida, un retroceso-no es necesario que suceda -se le aplica el remedio , como se procede normalmente en la  vida ordinaria con la salud del cuerpo, y ! a comenzar de nuevo !
No os habéis fijado en las familias , cuando conservan una pieza decorativa de valor y frágil -un jarrón , por ejemplo -Cómo lo cuidan para que no se rompa? Hasta que un dia el niño, jugando, lo tira al suelo y aquel recuerdo precioso se quiebra en pedazos. El disgusto es grande , pero enseguida viene el arreglo; se recompone , se pega cuidadosamente y al final queda tan hermoso como antes.
pero cuando el objeto es de loza o simplemente de barro cocido, de ordinario bastan unas lañas, esos alambres de hierro o de otro metal , que mantienen unidos los trozos . Y el cacharro
así reparado, adquiere un original encanto .
llevemos esto a la vida interior.  Ante nuestras miserias y nuestros pecados , ante nuestros errores -aunque por la gracia Divina, sean de poca monta -vayamos a la oración y digamos a nuestro padre; ! señor en mi pobreza en mi fragilidad, en este barro mío de vasija rota, señor,  colócame unas lañas y- con mi dolor y con tu perdón - seré mas fuerte y mas gracioso que antes ! Una oración consoladora, para que la repitamos cuando se destroce este pobre barro nuestro.
que no nos llame la atención si somos deleznables, que no nos choque comprobar que nuestra conducta se quebranta por menos de nada; confiad en el señor, que siempre tiene preparado el auxilio: El señor es mi luz y mi salvación , a quien temere? A nadie: tratando de este modo a nuestro padre del cielo, no admitamo miedo de nada ni de nadie .