Misa del dia de hoy Martes 20 de Diciembre 2016 y Comentario al Evangelio

LECTURAS DEL MARTES IV DE ADVIENTO 20 DE DICIEMBRE (MORADO)


"Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo".


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ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 11, 1; 40, 5; Lc 3, 6

Un retoño brotará del tronco de Jesé, la gloria del Señor llenará la tierra y toda creatura verá la salvación de Dios.

ORACIÓN COLECTA

Dios de eterna majestad, que quisiste que la inmaculada Virgen María, por el anuncio del Ángel, recibiera en su seno a tu Palabra inefable y, convertida en morada de la divinidad, quedara llena del fuego del Espíritu Santo, haz, te rogamos, que, siguiendo su ejemplo, seamos capaces de estar humildemente sujetos a tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

He aquí que la virgen concebirá.

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Del libro del profeta Isaías: 7, 10-14

En aquellos tiempos, el Señor le habló a Ajaz diciendo: "Pide al Señor, tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo, o de arriba, en lo alto". Contestó Ajaz: "No la pediré. No tentaré al Señor". Entonces dijo Isaías: "Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien, el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros".

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.


Del salmo 23

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R/. Ya llega el Señor, el rey de la gloria.

Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares, él fue quien lo asentó sobre los ríos. R/.

¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso. R/.

Ése obtendrá la bendición de Dios y Dios, su salvador, le hará justicia. Ésta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob. R/.


ACLAMACIÓN

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R/. Aleluya, aleluya.

Llave de David, que abres las puertas del Reino eterno, ven a librar a los que yacen oprimidos por las tinieblas del mal. R/.

Concebirás y darás a luz un hijo.

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Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 26-38


En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.

Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.

El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin".

María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?". El ángel le contestó: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios". María contestó: "Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que dirijas tu mirada a la excelencia de este sacrificio, para que, al participar en el sacramento, podamos recibir con sumo anhelo aquello mismo que aguardamos, llenos de fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio II o IV de Adviento.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 1, 31

Dijo el ángel a María: Has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir y a dar a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Protege, Señor, con tu divino auxilio a quienes has alimentado con el don celestial, para que, al deleitarnos con estos sagrados misterios, nos llene de gozo la paz verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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No podemos leer el texto del Evangelio de hoy sino a la luz del que leímos ayer. Lucas ha redactado los dos textos de anunciación del nacimiento de Juan y de Jesús con un clarísimo paralelismo. Es el mismo ángel Gabriel el encargado de transmitir en los dos casos el mensaje. En los dos, también, se trata de un Evangelio, de una buena noticia. En la inminencia de la venida al mundo del Hijo de Dios, del cumplimiento de las antiguas promesas, del advenimiento del día del Señor, no es posible no caer en la cuenta del tono extraordinariamente positivo de los anuncios que preparan los acontecimientos decisivos de la historia de la salvación. Son indicativos de la actitud de Dios hacia la humanidad, hacia cada ser humano. No hay sombra de reproche, de advertencia, de amenaza de castigo. Sólo palabras positivas, que invitan a dejar a un lado el temor, que anuncian el triunfo de la vida, el favor de Dios. Ya descubrimos ese tono en el anuncio del nacimiento de Juan. En el caso de María, se da todo un exceso de positividad: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Dios, en María, piropea a la humanidad, a esa creación “muy buena” que salió, efectivamente, de las manos del Creador “llena de gracia”, sin asomo de mal, y que el pecado, pese a su gravedad, no ha podido velar del todo, como se refleja en plenitud en la hija de Sión.
En su actitud y su respuesta esta precisamente la diferencia con el texto de ayer. Al contemplar este cuadro luminoso de la Anunciación, podemos comprender que no necesitamos escondernos de Dios, que debemos despejar toda sombra de temor, que podemos habitar, como María, en lugar abierto, porque Dios no viene en plan amenazante o vindicativo, sino cargado de promesas de vida nueva. Y podemos comprender, además, que es posible confiar en este Dios que se relaciona con nosotros sólo en positivo. Podemos confiar en Él incluso si no entendemos de entrada todo lo que nos dice. Tampoco María, turbada por la sorpresa, entendió todo desde el principio. Y, sin embargo, a diferencia de Zacarías, la falta de comprensión no produce desconfianza, sino entrega confiada al poder benéfico de Dios y disposición al servicio. Sí, Dios nos llama a todos, como llamó a María, a una vida fecunda, a cooperar en la obra de la salvación. No hace falta ser superhombres ni realizar acciones extraordinarias, basta, como aprendemos de María,confiar, acoger y servir .

Ciudad Redonda
Jose Maria Vegas .