Misal del dia de hoy Viernes 14 de Octubre 2016 y Comentario al Evangelio

LECTURAS DEL VIERNES XXVIII DEL T. ORDINARIO 14 DE OCTUBRE (VERDE)


No teman, pues, porque ustedes valen mucho más que todos los pajarillos.


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ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sb 1 1, 23. 24. 26

Señor, tú tienes misericordia de todos y nunca odias a tus creaturas; borras los pecados de los hombres que se arrepienten, y los perdonas, porque tú, Señor, eres nuestro Dios.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y lleno de ternura, que hiciste brotar de la roca una fuente de agua viva para tu pueblo sediento, arranca de la dureza de nuestro corazón lágrimas de arrepentimiento, para que podamos llorar nuestros pecados y merezcamos, por tu misericordia, alcanzar tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Ya antes esperábamos en Cristo. – Ustedes han sido marcados con el Espíritu Santo.

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De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 1, 11-14

Hermanos: Con Cristo somos herederos también nosotros. Para esto estábamos destinados, por decisión del que lo hace todo según su voluntad: para que fuéramos una alabanza continua de su gloria, nosotros, los que ya antes esperábamos en Cristo.

En él, también ustedes, después de escuchar la palabra de la verdad, el Evangelio de su salvación, y después de creer, han sido marcados con el Espíritu Santo prometido. Este Espíritu es la garantía de nuestra herencia, mientras llega la liberación del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 32

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R/. Alabemos al Señor con alegría.

Que los justos aclamen al Señor; es propio de los justos alabarlo. Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos. R/.

Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R/.

Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, dichoso el pueblo que escogió por suyo. Desde el cielo el Señor, atentamente, mira a todos los hombres. R/.

ACLAMACIÓN  Sal 32, 22

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R/. Aleluya, aleluya.

Muéstrate bondadoso con nosotros, Señor, puesto que en ti hemos confiado. R/.

Todos los cabellos de su cabeza están contados.

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Del santo Evangelio según san Lucas: 12, 1-7

En aquel tiempo, la multitud rodeaba a Jesús en tan gran número que se atropellaban unos a otros. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: "Cuídense de la levadura de los fariseos, es decir, de la hipocresía. Porque no hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a conocerse.

Por eso, todo lo que ustedes hayan dicho en la oscuridad, se dirá a plena luz, y lo que hayan dicho en voz baja y en privado, se proclamará desde las azoteas. Yo les digo a ustedes, amigos míos: No teman a aquellos que matan el cuerpo y después ya no pueden hacer nada más. Les voy a decir a quién han de temer: Teman a aquel que, después de darles muerte, los puede arrojar al lugar de castigo. Se lo repito: A él sí tienen que temerlo.

¿No se venden cinco pajarillos por dos monedas? Sin embargo, ni de uno solo de ellos se olvida Dios; y por lo que a ustedes toca, todos los cabellos de su cabeza están contados. No teman, pues, porque ustedes valen mucho más que todos los pajarillos".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, complacido, esta oblación que ofrecemos a tu majestad por nuestros pecados, y concédenos que el sacrificio del que brotó para los hombres la fuente del perdón de tu Espíritu Santo, nos alcance la gracia de derramar muchas lágrimas por nuestras ofensas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 15, 10

Habrá gran alegría entre los ángeles del cielo, por un solo pecador que se convierta.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Haz, Señor, que la digna recepción de tu sacramento haga que limpiemos con gemidos las huellas de las manchas de nuestros pecados y nos alcance, por don tuyo, el anhelado efecto del perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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Jesús quiere prevenirnos de la hipocresía, que es como una levadura que fermenta la masa y la hace crecer. La levadura tiene la virtud de hinchar la masa, pero, en verdad, no hace más que introducir en ella aire y vacío. Las enseñanzas de los fariseos no son de fiar. Y no lo son porque ellos no son testigos de lo que predican. Sus palabras no se sostienen con su vida. Predican una cosa y hacen otra. Hablan de Dios y someten a los sencillos con normas, leyes y preceptos que ellos mismos no. Y, además, que todavía es peor, lo hacen en nombre de Dios, haciendo que los corazones creyentes de los sencillos se sientan obligados a cumplir una difícil ley y a vivir sometidos a ellos. Ellos son  los maestros e intérpretes de la Ley. Ellos tienen la llave, los demás, están obligados a obedecer. Ellos son los que dictan a los demás lo que han de hacer para salvarse. A veces los cristianos también obramos así, como aquellos fariseos.
Sin embargo, Jesús no pide ni cumplimientos ni sometimientos a leyes injustas que hacen al hombre menos hombre. Él quiere que los que buscan a Dios tengan confianza. Dios es el dueño de todo. Todo lo tiene sometido a su control. Nada escapa de su mano. No hay nada que temer. Como decíamos ayer, estamos en manos de su bondad y él tiene un plan: que nadie se pierda de su mano.
La fe y la confianza en Dios nos lleva a vivir como hijos y, en consecuencia, como hermanos unos de otros. Primero la fe y la confianza. Después, la consecuencia, la ley, la vida en consonancia con esa Buena Noticia recibida.
Cuando Dios irrumpe en la vida de la persona con su gracia, el corazón se siente feliz por descubrir el amor que el Señor nos tiene. Por eso somos capaces de confiar en que él guía la historia y en que estamos en las mejores manos que podemos estar. Evidentemente, esta gracia que se nos manifiesta, no es para quedarnos extasiados y acurrucados en su seno. La gracia nos impele y nos lleva a compartir aquello que hemos descubierto, a evangelizar y contar a otros esa alegría descubierta. Y no solo con palabras, sino con nuestra vida. De ahí que el amor de Dios nos convierte en testigos, en misioneros de esa buena y sencilla noticia: somos hijos y hermanos. No nos podemos callar. La mística francesa Madeleine Delbrel hablaba así de esta experiencia: “Como Dios lo es todo, hay que llevarlo a todas partes”.
Te invito hoy a que pienses y saborees esta gran verdad: Si has conocido a Dios, no te lo guardes, ten en cuenta de que Dios pertenece siempre a aquellos que lo esperan. No dejes de ser testigo, en cualquier momento o en cualquier cosa, por pequeña que te parezcas, de que Dios –y no un código de conducta- es en verdad quien que lleva tu vida y quien está transformando tus criterios, tu conducta, tus valores, conformándolos más y más con los suyos, llevándolos cada día un poco más hacia su lado.
Te deseo lo mejor para este día. Oremos unos por otros.