Misal del dia de hoy Miercoles 16 de Marzo 2016

LECTURAS DEL MIÉRCOLES V DE CUARESMA 16 DE MARZO (MORADO)


"Si Dios fuera su Padre me amarían a mí, porque yo salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino enviado por él".


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ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 17, 48-49

Tú me liberas, Señor, de la ira de los pueblos, me haces triunfar sobre mis adversarios y me salvas del hombre malvado.

ORACIÓN COLECTA

Ilumina, Dios compasivo, los corazones de tus hijos que tratan de purificarse por la penitencia con amor, dígnate escuchar paternalmente nuestras súplicas. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Dios mandó a su ángel para liberar a sus siervos.

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Del libro del profeta Daniel: 3, 14-20. 49-50. 91-92. 95

En aquellos días dijo el rey Nabucodonosor: "¿Es cierto, Sedrak, Mesak y Abednegó, que no quieren servir a mis dioses, ni adorar la estatua de oro que he mandado levantar? Pues bien, si no es cierto, estén dispuestos para que, al oír sonar el cuerno, la flauta, la cítara, el salterio, la chirimía y toda clase de instrumentos, se postren y adoren la estatua que he mandado hacer. Pero si no la adoran, serán arrojados inmediatamente a un horno encendido. ¿Y qué dios podrá librarlos entonces de mis manos?"

Pero Sedrak, Mesak y Abednegó contestaron al rey Nabucodonosor: "No es necesario responder a tu pregunta, pues el Dios a quien servimos puede librarnos del horno encendido y nos librará de tus manos; y aunque no lo hiciera, sábete que de ningún modo serviremos a tus dioses, ni adoraremos la estatua de oro, que has mandado levantar".
Entonces Nabucodonosor se enfureció y la expresión de su rostro cambió para Sedrak, Mesak y Abednegó. Mandó encender el horno y aumentar la fuerza del fuego siete veces más de lo acostumbrado.

Después ordenó que algunos de los hombres más fuertes de su ejército ataran a Sedrak, Mesak y Abednegó y los arrojaran al horno encendido.

Pero el ángel del Señor bajó del cielo, se puso junto a ellos, apartó las llamas y produjo en el horno un frescor como de brisa y de rocío, y el fuego no los atormentó, ni los hirió, ni siquiera los tocó. El rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó precipitadamente y dijo a sus consejeros: "¿Acaso no estaban atados los tres hombres que arrojamos al horno?" Ellos contestaron: "Sí, señor". El rey replicó: "¿Por qué, entonces, estoy viendo cuatro hombres sueltos, que se pasean entre las llamas, sin quemarse? Y el cuarto, parece un ángel".

Nabucodonosor los hizo salir del horno y exclamó: "Bendito sea el Dios de Sedrak, Mesak y Abednegó, que ha enviado a su ángel para librar a sus siervos, que confiando en él, desobedecieron la orden del rey y expusieron su vida, antes que servir y adorar a un dios extraño".

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Daniel 3

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R/. Bendito seas para siempre, Señor.

Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo y glorioso. R/.

Bendito seas en tu templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino. R/.

Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo. R/.

ACLAMACIÓN  Cfr. Lc 8, 15

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R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. R/.

Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres.

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Del santo Evangelio según san Juan: 8, 31-42

En aquel tiempo, Jesús dijo a los que habían creído en él: "Si se mantienen fieles a mi palabra, serán verdaderamente discípulos míos, conocerán la verdad y la verdad los hará libres". Ellos replicaron: "Somos hijos de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: ‘Serán libres’?"

Jesús les contestó: "Yo les aseguro que todo el que peca es un esclavo del pecado y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el hijo sí se queda para siempre. Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres. Ya sé que son hijos de Abraham; sin embargo, tratan de matarme, porque no aceptan mis palabras. Yo hablo de lo que he visto en casa de mi Padre: ustedes hacen lo que han oído en casa de su padre".

Ellos le respondieron: "Nuestro padre es Abraham". Jesús les dijo: "Si fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham. Pero tratan de matarme a mí, porque les he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Ustedes hacen las obras de su padre". Le respondieron: "Nosotros no somos hijos de prostitución. No tenemos más padre que a Dios".

Jesús les dijo entonces: "Si Dios fuera su Padre me amarían a mí, porque yo salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino enviado por él".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, estos dones que recibimos de ti y ahora te presentamos; y ya que los destinaste para alabanza de tu nombre, haz también que nos procuren la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de la Pasión del Señor

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 1, 13-14

Dios nos ha hecho entrar al Reino de su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la redención y el perdón de los pecados.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que el sacramento recibido, Señor, nos proporcione un remedio celestial para que purifique nuestros corazones de sus vicios y nos fortalezca con su constante protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Opcional

Atiende, Dios todopoderoso, las súplicas de tu pueblo y a quienes, compadecido, les das la confianza de esperar en tu amor, concédeles, benigno, experimentar el efecto de tu acostumbrada misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 16 de marzo de 2016
Queridos hermanos:

Anteayer meditábamos el relato popularmente conocido como “Susana y los viejos”; hoy se nos ofrece otro episodio del repetitivo libro de Daniel, con un mensaje idéntico. La fidelidad a su Dios llevó a los tres jóvenes a sufrir persecución y verse al borde de la muerte; pero Dios no se olvidó de sus fieles. Es otra ráfaga de luz sobre la pasión de Jesús que nos aprestamos a conmemorar: Él, en definitiva, no camina hacia la muerte, sino hacia la vida, y vida en plenitud; e indica a sus seguidores la orientación certera hacia el éxito: la fidelidad a su fe. Un salmista lo había escrito siglos antes: “aunque el justo sufra muchos males, de todos le libra el Señor” (Salmo 34,20).
El relato evangélico asignado a este día requiere varias claves de lectura. Ante todo, tenemos la impresión de que el autor yuxtapuso elementos heterogéneos y no llegó a dar al conjunto la última mano: no es posible que a los judíos que han creído en Jesús él les diga que quieren matarle. Por lo demás, estas discusiones de Jesús con sus contemporáneos están formuladas a la luz de polémicas en la Iglesia naciente: una comunidad cristiana de finales del siglo primero se disputa con la comunidad judía de que procede los privilegios religiosos. Los cristianos, por su vinculación a Jesús, el verdadero descendiente de Abrahán (cf. Gal 3,16) y el auténtico Hijo de Dios, se entienden a sí mismos como partícipes de esa situación privilegiada, mientras que la comunidad judía, por su rechazo de Jesús, la habría perdido y se habría convertido más bien en hija del diablo.
Nos desviaríamos del mensaje si proyectásemos sobre la época de Jesús, o de los apóstoles, la problemática ecuménica de nuestro tiempo. No olvidemos que el evangelio se escribió para nosotros, los cristianos, no para nuestros eventuales contrincantes. Dejémonos interpelar por la llamada de Jesús a vivir en la verdad, en la libertad, y en el disfrute de la ascendencia abrahamítica y de la filiación divina. Jesús se definió a sí mismo como la verdad, y junto a él todos los oprimidos experimentaron libertad. Creer en él lleva a mirar la realidad con sus ojos, mientras que una vida en la incoherencia, en el pecado, aleja de él y priva de libertad y de limpieza en la mirada. Intentemos “dar cabida a sus palabras” y no a insinuaciones engañosas y destructoras.

Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf