LECTURAS DEL MIÉRCOLES V DE CUARESMA 16 DE MARZO (MORADO)
"Si Dios fuera su Padre me amarían a mí, porque yo salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino enviado por él".
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 17, 48-49
Tú me liberas, Señor, de la ira de los pueblos, me haces triunfar sobre mis adversarios y me salvas del hombre malvado.
ORACIÓN COLECTA
Ilumina,
Dios compasivo, los corazones de tus hijos que tratan de purificarse
por la penitencia con amor, dígnate escuchar paternalmente nuestras
súplicas. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Dios mandó a su ángel para liberar a sus siervos.
Del libro del profeta Daniel: 3, 14-20. 49-50. 91-92. 95
En
aquellos días dijo el rey Nabucodonosor: "¿Es cierto, Sedrak, Mesak y
Abednegó, que no quieren servir a mis dioses, ni adorar la estatua de
oro que he mandado levantar? Pues bien, si no es cierto, estén
dispuestos para que, al oír sonar el cuerno, la flauta, la cítara, el
salterio, la chirimía y toda clase de instrumentos, se postren y adoren
la estatua que he mandado hacer. Pero si no la adoran, serán arrojados
inmediatamente a un horno encendido. ¿Y qué dios podrá librarlos
entonces de mis manos?"
Pero
Sedrak, Mesak y Abednegó contestaron al rey Nabucodonosor: "No es
necesario responder a tu pregunta, pues el Dios a quien servimos puede
librarnos del horno encendido y nos librará de tus manos; y aunque no lo
hiciera, sábete que de ningún modo serviremos a tus dioses, ni
adoraremos la estatua de oro, que has mandado levantar".
Entonces
Nabucodonosor se enfureció y la expresión de su rostro cambió para
Sedrak, Mesak y Abednegó. Mandó encender el horno y aumentar la fuerza
del fuego siete veces más de lo acostumbrado.
Después
ordenó que algunos de los hombres más fuertes de su ejército ataran a
Sedrak, Mesak y Abednegó y los arrojaran al horno encendido.
Pero
el ángel del Señor bajó del cielo, se puso junto a ellos, apartó las
llamas y produjo en el horno un frescor como de brisa y de rocío, y el
fuego no los atormentó, ni los hirió, ni siquiera los tocó. El rey
Nabucodonosor, estupefacto, se levantó precipitadamente y dijo a sus
consejeros: "¿Acaso no estaban atados los tres hombres que arrojamos al
horno?" Ellos contestaron: "Sí, señor". El rey replicó: "¿Por qué,
entonces, estoy viendo cuatro hombres sueltos, que se pasean entre las
llamas, sin quemarse? Y el cuarto, parece un ángel".
Nabucodonosor
los hizo salir del horno y exclamó: "Bendito sea el Dios de Sedrak,
Mesak y Abednegó, que ha enviado a su ángel para librar a sus siervos,
que confiando en él, desobedecieron la orden del rey y expusieron su
vida, antes que servir y adorar a un dios extraño".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Daniel 3
R/. Bendito seas para siempre, Señor.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo y glorioso. R/.
Bendito seas en tu templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino. R/.
Bendito
eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te sientas en
un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en la bóveda del
cielo. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. Lc 8, 15
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. R/.
Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres.
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 31-42
En
aquel tiempo, Jesús dijo a los que habían creído en él: "Si se
mantienen fieles a mi palabra, serán verdaderamente discípulos míos,
conocerán la verdad y la verdad los hará libres". Ellos replicaron:
"Somos hijos de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo
dices tú: ‘Serán libres’?"
Jesús
les contestó: "Yo les aseguro que todo el que peca es un esclavo del
pecado y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el hijo sí se
queda para siempre. Si el Hijo les da la libertad, serán realmente
libres. Ya sé que son hijos de Abraham; sin embargo, tratan de matarme,
porque no aceptan mis palabras. Yo hablo de lo que he visto en casa de
mi Padre: ustedes hacen lo que han oído en casa de su padre".
Ellos
le respondieron: "Nuestro padre es Abraham". Jesús les dijo: "Si fueran
hijos de Abraham, harían las obras de Abraham. Pero tratan de matarme a
mí, porque les he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo
Abraham. Ustedes hacen las obras de su padre". Le respondieron:
"Nosotros no somos hijos de prostitución. No tenemos más padre que a
Dios".
Jesús
les dijo entonces: "Si Dios fuera su Padre me amarían a mí, porque yo
salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino enviado
por él".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta,
Señor, estos dones que recibimos de ti y ahora te presentamos; y ya que
los destinaste para alabanza de tu nombre, haz también que nos procuren
la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 1, 13-14
Dios nos ha hecho entrar al Reino de su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la redención y el perdón de los pecados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que
el sacramento recibido, Señor, nos proporcione un remedio celestial
para que purifique nuestros corazones de sus vicios y nos fortalezca con
su constante protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
https://www.facebook.com/snfranciscoxavier.comunidadcatolica
Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 16 de marzo de 2016
Queridos hermanos:
Anteayer meditábamos el relato popularmente conocido como “Susana y los viejos”; hoy se nos ofrece otro episodio del repetitivo libro de Daniel, con un mensaje idéntico. La fidelidad a su Dios llevó a los tres jóvenes a sufrir persecución y verse al borde de la muerte; pero Dios no se olvidó de sus fieles. Es otra ráfaga de luz sobre la pasión de Jesús que nos aprestamos a conmemorar: Él, en definitiva, no camina hacia la muerte, sino hacia la vida, y vida en plenitud; e indica a sus seguidores la orientación certera hacia el éxito: la fidelidad a su fe. Un salmista lo había escrito siglos antes: “aunque el justo sufra muchos males, de todos le libra el Señor” (Salmo 34,20).
El relato evangélico asignado a este día requiere varias claves de
lectura. Ante todo, tenemos la impresión de que el autor yuxtapuso
elementos heterogéneos y no llegó a dar al conjunto la última mano: no
es posible que a los judíos que han creído en Jesús él les diga que
quieren matarle. Por lo demás, estas discusiones de Jesús con sus
contemporáneos están formuladas a la luz de polémicas en la Iglesia
naciente: una comunidad cristiana de finales del siglo primero se
disputa con la comunidad judía de que procede los privilegios
religiosos. Los cristianos, por su vinculación a Jesús, el verdadero
descendiente de Abrahán (cf. Gal 3,16) y el auténtico Hijo de Dios, se
entienden a sí mismos como partícipes de esa situación privilegiada,
mientras que la comunidad judía, por su rechazo de Jesús, la habría
perdido y se habría convertido más bien en hija del diablo.
Nos desviaríamos del mensaje si proyectásemos sobre la época de Jesús, o de los apóstoles, la problemática ecuménica de nuestro tiempo. No olvidemos que el evangelio se escribió para nosotros, los cristianos, no para nuestros eventuales contrincantes. Dejémonos interpelar por la llamada de Jesús a vivir en la verdad, en la libertad, y en el disfrute de la ascendencia abrahamítica y de la filiación divina. Jesús se definió a sí mismo como la verdad, y junto a él todos los oprimidos experimentaron libertad. Creer en él lleva a mirar la realidad con sus ojos, mientras que una vida en la incoherencia, en el pecado, aleja de él y priva de libertad y de limpieza en la mirada. Intentemos “dar cabida a sus palabras” y no a insinuaciones engañosas y destructoras.
Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf
Nos desviaríamos del mensaje si proyectásemos sobre la época de Jesús, o de los apóstoles, la problemática ecuménica de nuestro tiempo. No olvidemos que el evangelio se escribió para nosotros, los cristianos, no para nuestros eventuales contrincantes. Dejémonos interpelar por la llamada de Jesús a vivir en la verdad, en la libertad, y en el disfrute de la ascendencia abrahamítica y de la filiación divina. Jesús se definió a sí mismo como la verdad, y junto a él todos los oprimidos experimentaron libertad. Creer en él lleva a mirar la realidad con sus ojos, mientras que una vida en la incoherencia, en el pecado, aleja de él y priva de libertad y de limpieza en la mirada. Intentemos “dar cabida a sus palabras” y no a insinuaciones engañosas y destructoras.
Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf