LECTURAS DEL DOMINGO V DE CUARESMA 13 DE MARZO (MORADO)
"Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas a pecar".
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 42, 1-2
Señor,
hazme justicia. Defiende mi causa contra gente sin piedad, sálvame del
hombre injusto y malvado, tú que eres mi Dios y mi defensa.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Te
rogamos, Señor Dios nuestro, que, con tu auxilio, avancemos
animosamente hacia aquel grado de amor con el que tu Hijo, por la
salvación del mundo, se entregó a la muerte. El que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Yo realizaré algo nuevo y daré de beber a mi pueblo.
Del libro del profeta Isaías: 43,16-21
Esto
dice el Señor, que abrió un camino en el mar y un sendero en las aguas
impetuosas, el que hizo salir a la batalla a un formidable ejército de
carros y caballos, que cayeron y no se levantaron, y se apagaron como
una mecha que se extingue:
"No
recuerden lo pasado ni piensen en lo antiguo; yo voy a realizar algo
nuevo. Ya está brotando. ¿No lo notan? Voy a abrir caminos en el
desierto y haré que corran los ríos en la tierra árida. Me darán gloria
las bestias salvajes, los chacales y las avestruces, porque haré correr
agua en el desierto, y ríos en el yermo, para apagar la sed de mi pueblo
escogido. Entonces el pueblo que me he formado proclamará mis
alabanzas".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 125
R/. Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.
Cuando
el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar; entonces no
cesaba de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua de cantar.
R/.
Aun
los mismos paganos con asombro decían: "¡Grandes cosas ha hecho por
ellos el Señor!" Y estábamos alegres, pues ha hecho grandes cosas por su
pueblo el Señor. R/.
Como
cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora nuestra
suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran
con dolor. R/.
Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán con sus gavillas. R/.
Todo lo considero como basura, con tal de asemejarme a Cristo en su muerte.
Hermanos:
Todo lo que era valioso para mí, lo consideré sin valor a causa de
Cristo. Más aún pienso que nada vale la pena en comparación con el bien
supremo, que consiste en conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por cuyo amor
he renunciado a todo, y todo lo considero como basura, con tal de ganar
a Cristo y de estar unido a él, no porque haya obtenido la
justificación que proviene de la ley, sino la que procede de la fe en
Cristo Jesús, con la que Dios hace justos a los que creen.
Y
todo esto, para conocer a Cristo, experimentar la fuerza de su
resurrección, compartir sus sufrimientos y asemejarme a él en su muerte,
con la esperanza de resucitar con él de entre los muertos.
No
quiero decir que haya logrado ya ese ideal o que sea ya perfecto, pero
me esfuerzo en conquistarlo, porque Cristo Jesús me ha conquistado. No,
hermanos, considero que todavía no lo he logrado. Pero eso sí, olvido lo
que he dejado atrás, y me lanzo hacia adelante, en busca de la meta y
del trofeo al que Dios, por medio de Cristo Jesús, nos llama desde el
cielo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN JI 2, 12-13
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor, conviértanse a mí de todo corazón, porque soy compasivo y misericordioso. R/.
Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 1-11
En
aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos y al amanecer se
presentó de nuevo en el templo, donde la multitud se le acercaba; y él,
sentado entre ellos, les enseñaba.
Entonces
los escribas y fariseos le llevaron a una mujer sorprendida en
adulterio, y poniéndola frente a él, le dijeron: "Maestro, esta mujer ha
sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos manda en la ley
apedrear a estas mujeres. ¿Tú que dices?" Le preguntaban esto para
ponerle una trampa y poder acusarlo. Pero Jesús se agachó y se puso a
escribir en el suelo con el dedo. Como insistían en su pregunta, se
incorporó y les dijo: "Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire
la primera piedra". Se volvió a agachar y siguió escribiendo en el
suelo.
Al
oír aquellas palabras, los acusadores comenzaron a escabullirse uno
tras otro, empezando por los más viejos, hasta que dejaron solos a Jesús
y a la mujer, que estaba de pie, junto a él.
Entonces
Jesús se enderezó y le preguntó: "Mujer, ¿dónde están los que te
acusaban? ¿Nadie te ha condenado?" Ella le contestó: "Nadie, Señor". Y
Jesús le dijo: "Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas a pecar".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Jesús nos acepta, nos escucha, nos perdona y nos ama tanto, hasta dar la vida. Por eso nos dirigimos a él llenos de confianza.
Después de cada petición diremos (cantando): Señor, ten
piedad (o bien: Kyrie, eléison).
– Por la Iglesia. Para que viva con intensidad este tiempo de gracia y comparta con Jesús su muerte y su resurrección. Oremos.
– Por los presbíteros y los diáconos. Para que den siempre un buen testimonio de fe y de esperanza. Oremos.
–
Por cuantos tienen autoridad en el mundo y en nuestra Patria. Para que
bajo su gobierno vivamos en paz y concordia, glorificando a Cristo,
nuestra esperanza. Oremos.
–
Por los que sufren, por los que están lejos de su hogar y por quienes
no tienen trabajo. Para que encuentren en nuestra caridad ayuda y
consuelo. Oremos.
– Por nosotros. Para que la celebración del Misterio Pascual
del Señor nos renueve y fortalezca en nuestra vida y en nuestra fe. Oremos.
Escucha,
Señor, nuestras oraciones, y derrama sobre el mundo entero tu amor y tu
perdón. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Escúchanos,
Dios todopoderoso, y concede a tus siervos, en quienes infundiste la
sabiduría de la fe cristiana, quedar purificados, por la eficacia de
este sacrificio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I o II de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 8, 10-11
¿Nadie te ha condenado, mujer? Nadie, Señor. Yo tampoco te condeno. Ya no vuelvas a pecar.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te
rogamos, Dios todopoderoso, que podamos contarnos siempre entre los
miembros de aquel cuyo Cuerpo y Sangre acabamos de comulgar. Él, que
vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
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