LECTURAS DEL MARTES V DEL T. ORDINARIO 9 DE FEBRERO (VERDE)
Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 84, 9
Dios anuncia la paz a su pueblo, a todos sus amigos y a cuantos se convierten a él de corazón.
ORACIÓN COLECTA
Mueve,
Señor, la voluntad de tus fieles, para que, secundando con mayor empeño
la acción de tu gracia divina, recibamos con mayor abundancia los
auxilios de tu bondad. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Que noche y día estén abiertos tus ojos sobre este templo. Oye la súplica de tu pueblo, Israel.
Del primer libro de los Reyes: 8, 22-23. 27-30
El
día de la dedicación del templo, Salomón, de pie ante el altar del
Señor y en presencia de toda la asamblea de Israel, levantó los brazos
al cielo y dijo esta oración:
"Señor,
Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos, ni aquí
abajo en la tierra. Tú eres fiel a la alianza que hiciste con tus
siervos, y les muestras tu misericordia, cuando cumplen de todo corazón
tu voluntad.
Si
ni el cielo infinito te puede contener, ¿cómo va a ser posible, Señor,
que vivas en medio de los hombres y habites en esta casa que yo te he
construido? Pero ciertamente atenderás a la oración de tu siervo y a su
plegaria, Señor, Dios mío, y oirás el clamor y la oración que tu siervo
hace hoy delante de ti: Que noche y día estén abiertos tus ojos sobre
este templo, sobre este lugar, del cual has dicho: ‘Yo estaré ahí’.
Escucha la oración que tu siervo te dirige en este sitio.
Oye,
pues, Señor, la súplica de este siervo tuyo y de tu pueblo, Israel.
Cuando oren en este lugar, escúchalos desde el cielo, en donde tienes tu
morada. Escúchanos y perdónanos".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 83
R/. Qué agradable, Señor, es tu morada.
Anhelando los atrios del Señor se consume mi alma. Todo mi ser de gozo se estremece y el Dios vivo es la causa. R/.
Hasta
el gorrión encuentra casa y la golondrina un lugar para su nido, cerca
de tus altares, Señor de los ejércitos, Dios mío. R/.
Dichosos
los que viven en tu casa, te alabarán para siempre; dichosos los que
encuentran en ti su fuerza, pues caminarán cada vez con más vigor. R/.
Pues
un día en tus atrios vale más que mil fuera de ellos, y yo prefiero el
umbral de la casa de mi Dios al lujoso palacio del perverso. R/.
ACLAMACIÓN Sal 118, 36. 29
R/. Aleluya, aleluya.
Inclina, Dios mío, mi corazón a tus preceptos y dame la gracia de cumplir tu voluntad. R/.
Ustedes anulan la palabra de Dios con las tradiciones de los hombres.
Del santo Evangelio según san Marcos: 7, 1-13
En
aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y algunos escribas,
venidos de Jerusalén. Viendo que algunos de los discípulos de Jesús
comían con las manos impuras, es decir, sin habérselas lavado, los
fariseos y los escribas le preguntaron: "¿Por qué tus discípulos comen
con manos impuras y no siguen la tradición de nuestros mayores?" (Los
fariseos y los judíos, en general, no comen sin lavarse antes las manos
hasta el codo, siguiendo la tradición de sus mayores; al volver del
mercado, no comen sin hacer primero las abluciones, y observan muchas
otras cosas por tradición, como purificar los vasos, las jarras y las
ollas).
Jesús
les contestó: "¡Qué bien profetizó Isaías sobre ustedes, hipócritas,
cuando escribió: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón
está lejos de mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan
doctrinas que no son sino preceptos humanos. Ustedes dejan a un lado el
mandamiento de Dios, para aferrarse a las tradiciones de los hombres".
Después
añadió: "De veras son ustedes muy hábiles para violar el mandamiento de
Dios y conservar su tradición. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a
tu madre. El que maldiga a su padre o a su madre, morirá. Pero ustedes
dicen: ‘Si uno dice a su padre o a su madre: Todo aquello con que yo te
podría ayudar es corbán (es decir, ofrenda para el templo), ya no puede
hacer nada por su padre o por su madre’. Así anulan la palabra de Dios
con esa tradición que se han transmitido. Y hacen muchas cosas
semejantes a ésta".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe,
Señor, estos dones sagrados que nos mandaste ofrecer en honor de tu
nombre; y ayúdanos a obedecer siempre tus mandatos, para que seamos
dignos de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 28, 20
Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te
rogamos, Dios todopoderoso, que, habiéndonos concedido el gozo de
participar de esta mesa divina, ya nunca permitas que nos separemos de
ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Después de las Completas concluye la primera parte del Tiempo Ordinario y comienza el Tiempo de Cuaresma.
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Comentario al Evangelio de hoy
Querido amigo/a:
No sólo la cultura, también el cristianismo necesita volver a su raíz. Se impone buscar con radicalidad la vivencia de la auténtica experiencia cristiana y lo que ello significa. Es indispensable vivir la experiencia que auguraba la profecía del teólogo Karl Rahner: “el cristiano del futuro será místico, es decir tendrá experiencia personal de Dios, o no será cristiano”. Pero también es necesaria una búsqueda común, compartida, eclesial, no sólo individual de Jesucristo. ¿Dónde estás Señor? Una búsqueda que se vuelva a plantear el significado básico de la fe en Dios, en cuanto al acto de creer y en cuanto al contenido de esta fe, y cómo estos afectan con radicalidad al conjunto de la persona. Esta tarea no debe hacerse al margen del mundo, con lenguajes y parámetros desvinculados de la cultura actual.
Para ello, dos advertencias de Jesús en el evangelio de hoy:
La primera es clara y tajante: “este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí”. Podemos acostumbrarnos a fórmulas y clichés rutinarios que practicamos muy bien pero que no acercan nuestro corazón al Dios de Jesucristo. La afirmación que hace Jesús no pretende fastidiarnos, sino ponernos en guardia de la tentación de creernos convertidos del todo y la consecuente pereza de dejar de buscarle, de dormirnos. Toda la vida creyente es una continua búsqueda y crecimiento sin descanso.
Para evitar caer en la segunda advertencia de Jesús: “Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres”, necesitamos revisar aquellas actitudes que nos impiden ser los primeros buscadores de Dios. La Iglesia no posee a Dios, es Dios quien la posee. Despojarse de las tradiciones que no llevan a Dios requerirá gran libertad de espíritu y creatividad y no tendrá éxito si como Iglesia nos anclamos en lenguajes caducos que no motivan a buscar al Señor. Se necesitan nuevos lenguajes de Dios que estén más vinculados a la experiencia, más pegados a la vida, más narrativos e imaginativos…, lenguajes que despierten el deseo de Dios. Es necesario modificar la imagen de un Dios inerte y desvinculado de su creación y de sus criaturas para acabar con el “eclipse” que impide hoy a muchos hombres y mujeres ver a Dios. Que ningún aferramiento obcecado nos impida verle. Contrastar nuestra vida con el Evangelio nos refresca continuamente. Renovarse o morir.
Vuestro hermano en la fe. Juan Lozano, cmf.
No sólo la cultura, también el cristianismo necesita volver a su raíz. Se impone buscar con radicalidad la vivencia de la auténtica experiencia cristiana y lo que ello significa. Es indispensable vivir la experiencia que auguraba la profecía del teólogo Karl Rahner: “el cristiano del futuro será místico, es decir tendrá experiencia personal de Dios, o no será cristiano”. Pero también es necesaria una búsqueda común, compartida, eclesial, no sólo individual de Jesucristo. ¿Dónde estás Señor? Una búsqueda que se vuelva a plantear el significado básico de la fe en Dios, en cuanto al acto de creer y en cuanto al contenido de esta fe, y cómo estos afectan con radicalidad al conjunto de la persona. Esta tarea no debe hacerse al margen del mundo, con lenguajes y parámetros desvinculados de la cultura actual.
Para ello, dos advertencias de Jesús en el evangelio de hoy:
La primera es clara y tajante: “este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí”. Podemos acostumbrarnos a fórmulas y clichés rutinarios que practicamos muy bien pero que no acercan nuestro corazón al Dios de Jesucristo. La afirmación que hace Jesús no pretende fastidiarnos, sino ponernos en guardia de la tentación de creernos convertidos del todo y la consecuente pereza de dejar de buscarle, de dormirnos. Toda la vida creyente es una continua búsqueda y crecimiento sin descanso.
Para evitar caer en la segunda advertencia de Jesús: “Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres”, necesitamos revisar aquellas actitudes que nos impiden ser los primeros buscadores de Dios. La Iglesia no posee a Dios, es Dios quien la posee. Despojarse de las tradiciones que no llevan a Dios requerirá gran libertad de espíritu y creatividad y no tendrá éxito si como Iglesia nos anclamos en lenguajes caducos que no motivan a buscar al Señor. Se necesitan nuevos lenguajes de Dios que estén más vinculados a la experiencia, más pegados a la vida, más narrativos e imaginativos…, lenguajes que despierten el deseo de Dios. Es necesario modificar la imagen de un Dios inerte y desvinculado de su creación y de sus criaturas para acabar con el “eclipse” que impide hoy a muchos hombres y mujeres ver a Dios. Que ningún aferramiento obcecado nos impida verle. Contrastar nuestra vida con el Evangelio nos refresca continuamente. Renovarse o morir.
Vuestro hermano en la fe. Juan Lozano, cmf.