LECTURAS DEL MIÉRCOLES I DE CUARESMA 17 DE FEBRERO (MORADO)
Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para condenarlos.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 24, 6. 3. 22
Recuerda,
Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas, y no permitas que
nos derrote el enemigo. Sálvanos, Dios de Israel, de todas nuestras
angustias.
ORACIÓN COLECTA
Mira
con bondad, Señor, la devota entrega de tu pueblo y ya que con sus
privaciones se empeña en dominar su cuerpo, haz que con el fruto de sus
buenas obras se fortalezca su alma. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Los habitantes de Nínive se arrepintieron de su mala conducta.
Del libro del profeta Jonás: 3, 1-10
En
aquellos días, el Señor volvió a hablar a Jonás y le dijo: "Levántate y
vete a Nínive, la gran capital, para anunciar ahí el mensaje que te voy
a indicar".
Se
levantó Jonás y se fue a Nínive, como le había mandado el Señor. Nínive
era una ciudad enorme: hacían falta tres días para recorrerla. Jonás
caminó por la ciudad durante un día, pregonando: "Dentro de cuarenta
días Nínive será destruida".
Los
ninivitas creyeron en Dios, ordenaron un ayuno y se vistieron de sayal,
grandes y pequeños. Llegó la noticia al rey de Nínive, que se levantó
del trono, se quitó el manto, se vistió de sayal, se sentó sobre ceniza y
en nombre suyo y de sus ministros, mandó proclamar en Nínive el
siguiente decreto: "Que hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben
bocado, que no pasten ni beban; que todos se vistan de sayal e invoquen
con fervor a Dios y que cada uno se arrepienta de su mala vida y deje de
cometer injusticias. Quizá Dios se arrepienta y nos perdone, aplaque el
incendio de su ira y así no moriremos". Cuando Dios vio sus obras y
cómo se convertían de su mala vida, cambió de parecer y no les mandó el
castigo que había determinado imponerles.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 50
R/. A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Por
tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis
ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados.
R/.
Crea
en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus
mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu
santo espíritu. R/.
Tú,
Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera un
holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento, y a un
corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R/.
ACLAMACIÓN JI 2, 12-13
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor, conviértanse a mí de todo corazón, porque soy compasivo y misericordioso. R/.
A la gente de este tiempo no se le dará otra señal que la del profeta Jonás.
Del santo Evangelio según san Lucas: 11, 29-32
En
aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y éste comenzó a
decirles: "La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una
señal, pero no se le dará más señal que la de Jonás. Pues así como Jonás
fue una señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del
hombre para la gente de este tiempo.
Cuando
sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará
el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos
rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay
uno que es más que Salomón.
Cuando
sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se
levantarán el día del juicio para condenarla, porque ellos se
convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que
Jonás".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te
ofrecemos, Señor, estos dones que tú mismo nos has dado, para
consagrarlos a ti; y concede que, así como los vas a convertir para
nuestro bien en sacramento, así también se conviertan para nosotros en
remedio de eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 5, 12
Que se alegren, Señor, cuantos en ti confían, que se regocijen eternamente porque tú estás con ellos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor
Dios, que no cesas de nutrirnos con tus sacramentos, concédenos que al
permitir que los recibamos como alimento, nos obtengan la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
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