LECTURAS DEL MARTES XXIX DEL T. ORDINARIO 20 DE OCTUBRE (VERDE)
Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 27, 8-9
El Señor es la fuerza de su pueblo, defensa y salvación para su Ungido. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.
ORACIÓN COLECTA
Señor,
concédenos vivir siempre en el amor y respeto a tu santo nombre, ya que
jamás dejas de proteger a quienes estableces en el sólido fundamento de
tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Si
por el pecado de un solo hombre reinó la muerte, con mucho más razón
los que reciben la gracia reinarán en la vida por Jesucristo.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 5, 12. 15. 17-19. 20-21
Hermanos:
Así como por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado
entró la muerte, así la muerte llegó a todos los hombres, por cuanto
todos pecaron.
Ahora
bien, con el don no sucede como con el delito, porque si por el delito
de uno solo murieron todos, ¡cuánto más la gracia de Dios y el don
otorgado por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, se han desbordado
sobre todos!
En
efecto, si por el delito de uno solo reinó la muerte, por un solo
hombre, ¡con cuánta más razón los que reciben la abundancia de la gracia
y el don de la justicia, reinarán en la vida por uno solo, Jesucristo!
Así
pues, como el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la
condenación, así también la obra de justicia de uno solo procura para
todos los hombres la justificación, que da la vida. En efecto, así como
por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos
pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos serán
constituidos justos.
De
modo que, donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia, para que así
como el pecado tuvo poder para causar la muerte, así también la gracia
de Dios, al justificarnos, tenga poder para conducirnos a la vida eterna
por medio de Jesús, nuestro Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 39
R/. Concédenos, Señor, hacer tu voluntad.
Sacrificios
y ofrendas, Señor, tú no quisiste; abriste, en cambio, mis oídos a tu
voz. No exigiste holocaustos por la culpa, así que dije: "Aquí estoy".
R/.
En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu ley en medio de mi corazón. R/.
He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor. R/.
Que
se gocen en ti y que se alegren todos los que te buscan. Cuantos
quieren de ti la salvación, repiten sin cesar: "¡Qué grande es Dios!".
R/.
ACLAMACIÓN Cfr. Lc 21, 36
R/. Aleluya, aleluya.
Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el Hijo del hombre. R/.
Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela.
Del santo Evangelio según san Lucas: 12, 35-38
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Estén listos, con la túnica
puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los criados que
están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en
cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar,
encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará
sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la
madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe,
Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza y concédenos que,
purificados por su eficacia, podamos ofrecerte el entrañable afecto de
nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 144, 15
Los ojos de todos esperan en ti, Señor; y tú les das la comida a su tiempo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
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